Café Novelty, el enclave de las tertulias intelectuales, ayer y hoy

Con una trayectoria de 111 años, es el establecimiento más antiguo de Salamanca, famoso además de por sus helados, por su vinculación a la vida cultural, política y social desde sus inicios. Por el Novelty han pasado escritores, artistas y políticos… ¡Sigue leyendo para conocer más sobre este emblema de la ciudad!

Interior del Café Novelty.

En el marco de una Salamanca apenas urbanizada, con las calles llenas de barro, sin agua corriente y con un solo punto de luz eléctrica en la Plaza Mayor, en 1905 nace el Café Novelty, un establecimiento lujosísimo con el triple de dimensiones que el actual. Espejos de París, porcelanas de Viena, tapicerías y terciopelos de Inglaterra… así era el bar que se instaló en medio de una ciudad empobrecida y que desde el principio acogió a lo más selecto y granado de la ciudad.

Los clientes se dividían en dos partes: la izquierda, donde tenían lugar las tertulias liberales por parte de catedráticos y gente relacionada con el derecho y la medicina, y la derecha, con ganaderos, agricultores y comerciales. Ambos sectores convivieron perfectamente e incluso interaccionaban en el gran salón que había entonces: con una cúpula de jaulas llenas de pájaros exóticos y un escenario para los músicos.

Pero en 1936, cuando se produjo el alzamiento de Franco, este instaló en Salamanca su Cuartel General y el Novelty se convirtió durante unos meses en un centro de operaciones importantísimo. De hecho, el aparato de propaganda fundó aquí Radio Nacional de España –años antes también fue la sede fundacional de la Unión Deportiva Salamanca, el equipo de fútbol local-.

Estatua en homenaje a Gonzalo Torrente Ballester, habitual del Café en su época.

Ya en posguerra, el Café pierde su esplendor inicial y se va convirtiendo en un centro de referencia de agricultores y ganaderos, con una función más rural y menos intelectual. Pero en 1953 el abuelo de Paco, el propietario actual, se hace cargo del establecimiento y, en 1970, vista la actitud decadente del local, inició un proceso de renovación en el que se cambió completamente la decoración poniendo sofás redondos modulares, cambiando la música y la pintura… Gracias a eso volvió a recabar la atención de los estudiantes, y el Café, que siempre fue un punto de encuentro del franquismo, unos años antes de la muerte de Franco se convierte en un censo de conspiración antifranquista.

Las malas noticias vinieron en 1977 cuando el Ayuntamiento expropió ¾ partes del espacio del Novelty, que abarcaba hasta la calle Doctor Piñuela y que tenía un segundo piso con un restaurante. Por aquel entonces, Paco ya estaba al frente del negocio e inició una recuperación de sus esencias incorporando de nuevo los materiales constructivos del original, con lo que volvió a tener un auge importantísimo.

Hoy, el Novelty es un espacio muy reconocido gracias a su hincapié con el mundo artístico y literario, por sus famosos helados artesanales que elaboran desde hace más de 50 años y por su terraza, que está todo el año en activo.

La famosa terraza del Novelty, en plena Plaza Mayor.

Los sabores del Novelty

Al sufrir esa expropiación tan drástica, el restaurante desapareció y tuvieron que ceñirse al espacio de una cocina pequeña en la que preparan “una comida tradicional, natural y muy sencilla”, según Paco. Su especialidad son las croquetas, la tortilla de patata, los embutidos ibéricos y las lentejas.  Aquellos que quieran pasarse, tienen dos posibilidades: un menú de 11 euros o una carta surtida de raciones y tapas. Y, cómo no, acompañado de una buena cervecita, porque el Novelty fue de los primeros establecimientos en Salamanca en tirarlas bien gracias a su grifo de muñequilla para incorporar la espuma.

El apartado del dulce tiene una larga cola de adeptos: los churros que cada día trae el maestro churrero Casimiro se consumen diariamente a montones; hay tartas caseras de chocolate, almendra o manzana; y por último, pero no menos importantes, los helados. De hecho, han tenido ofertas que han sido rechazadas para venderlos fuera de la tienda. Destacan porque “los hacemos artesanalmente todos los días del año, incluso en invierno, porque la gracia del helado es que esté cremoso y la cremosidad solo se consigue haciéndolos a diario, porque en las vitrinas expositoras pierden calidad”. Su especialidad es el helado de yogur al que a veces incorporan frutas –todos se hacen con ingredientes naturales-. Cada año hay variedades nuevas, como el helado de melocotón rojo o el sorbete de manzana verde. “La idea es que sea un establecimiento dinámico, no que viva de las glorias de su historia.”

Escaparate de helados artesanales del Café Novelty.

La vertiente cultural del Novelty

Esa relación con la cultura no acabó el siglo pasado: actualmente siguen organizando presentaciones de libros, conciertos de jazz en invierno… De hecho, han tenido grandes actuaciones de jazz: desde Javier Colina y Jorge Pardo hasta Chano Domínguez. Y, por supuesto, el local es una visita casi obligatoria para aquellos que pasan por Salamanca: Joaquín Sabina o Arturo Pérez Reverte han querido conocerlo.

Si no conocéis el Café Novelty, ¡animaos, no os arrepentiréis!