Rotundo éxito de la cena de Sacha Hormaechea

Dentro de las últimas jornadas “Carrasco entre amigos”, la ciudad de Salamanca contó anoche con la presencia del cocinero Sacha Hormaechea. De nuevo, estos encuentros, organizados por Carrasco Guijuelo, se consolidan como un referente en lo que a la promoción del ibérico se refiere.

Gonzalo Sendín (El Mesón de Gonzalo) junto a Sacha Hormaechea.

El chef madrileño, de raíces gallegas, vascas y catalanas, se puso anoche al frente de los fogones del Mesón de Gonzalo para elaborar un menú en el que el cerdo ibérico fue el hilo conductor. Platos divertidos y, al mismo tiempo, exquisitos, magistralmente elaborados, en los que mezcló la cocina de diferentes culturas con la de los lugares de España que guarda en su memoria.

Un plato de jamón ibérico cortado a cuchillo sirvió para dar el pistoletazo de salida a un menú inspirado en el cerdo ibérico y en el que el chef supo conjugar la cocina de distintos lugares de España (como Galicia, Navarra, Cataluña, Cádiz y, por supuesto, Salamanca) con la de países como México o Japón. Dándole al producto toda la importancia que merece, los asistentes pudieron comenzar degustando unas Almejas de taberna y un jurel acompañado por un jugo de escalivada.

Jamón ibérico cortado a cuchillo.

A continuación, fue el turno del Cardo ajamonado, un plato clásico, cocinado con el “abrigo del jamón” (como a Sacha le gusta denominarlo); y la original Tortilla vaga, un plato que, combina el sabor de la tortilla con el gusto del revuelto, y acabada con unas finas lascas de jamón que se funden con el calor de una tortilla recién hecha.

Tortilla vaga.

Inmediatamente después, los comensales pudieron degustar la parte más internacional del menú. El Tako de secreto ibérico y la Ventresca a lo ibérico. El primero, de inspiración mexicana, con un mojo canario como base; y el segundo, un producto gaditano acompañado de jugo de shiso japonés, con tocino ibérico de Salamanca por encima, y acabado con tomillo y aceite de oliva de Jaén.

Una cena que concluía con la Tarta dispersa, un postre que Sacha dedica a un cocinero amigo suyo pero que deja al comensal averiguar de quién se trata…

En definitiva, una segunda jornada de "Carrasco entre Amigos" que se despide por todo lo alto, con lleno absoluto de asistentes.