Platos salmantinos que si no has probado deberías hacerlo una vez en tu vida
Viernes, 4 de Julio de 2025
Claudia Poveda
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La gastronomía salmantina es un verdadero reflejo de la tradición y la riqueza cultural de la provincia. Con platos que han pasado de generación en generación, cada bocado es una inmersión en la historia y los sabores de esta tierra. Ofrece una variedad de delicias que todo amante de la buena comida debería probar al menos una vez en la vida.
El hornazo es una empanada rellena de chorizo, lomo, jamón y huevo duro, tradicionalmente consumida durante el Lunes de Aguas. Este plato simboliza la despedida de la cuaresma y es una delicia que no puede faltar en las celebraciones locales. 6
Este guiso de cordero, arroz, pimientos y especias como el comino, es un plato contundente y sabroso que refleja la tradición culinaria salmantina. Su preparación varía según la zona, pero siempre mantiene su esencia de sabor intenso.
Conocido como el 'chorizo del pobre', el farinato es un embutido elaborado con manteca de cerdo, pan, cebolla, ajo, pimentón y anís. Tradicionalmente se sirve frito con huevos, ofreciendo una combinación de sabores única.
Este plato consiste en patatas cocidas y aplastadas, mezcladas con pimentón, ajo y aceite de oliva. A menudo se acompaña con torreznos o panceta, convirtiéndolo en una comida reconfortante y sabrosa.
La comarca de Guijuelo es famosa por su jamón ibérico de alta calidad. Curado en un clima seco y frío, este jamón ofrece un sabor y textura inconfundibles que lo han convertido en un referente gastronómico.
Originario de la localidad serrana de Béjar, este guiso de ternera, pimientos, tomate y vino blanco es ideal para los días fríos. Su preparación lenta garantiza una carne tierna y llena de sabor.
Estas pequeñas rosquillas, originarias de la localidad de Ledesma, son elaboradas con harina, huevos, manteca y azúcar. Su tamaño compacto y textura crujiente las convierte en un dulce tradicional muy apreciado.
Este bizcocho en forma de rosca, elaborado con harina, huevos, azúcar y ralladura de limón, es típico de las celebraciones religiosas en la provincia de Salamanca. Su esponjosidad y sabor suave lo han convertido en un clásico de la repostería local.
Esta ensalada templada combina embutidos, huevos, limón y naranja, típica de la Sierra de Francia. Su sabor cítrico y salado la hace única en la gastronomía salmantina.
Durante la Semana Santa, las mujeres serranas preparan estos dulces en forma de rulo, elaborados con aceite, agua con anís y cáscara de naranja, huevo, azúcar, aguardiente y harina. Su textura suave y sabor delicado los convierte en un manjar tradicional.
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