Posibilidades culinarias del aceite de oliva salmantino
Lunes, 2 de Mayo de 2011
Hosteleriasalamanca.es
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Helado, magdalenas y bizcocho fueron los tres productos elaborados por los alumnos de Panadería, repostería y Confitería del IES Francisco Salinas a partir de un ingrediente común: aceite de oliva virgen extra salmantino. Esta fue la primera actividad desarrollada dentro del marco de colaboración suscrito entre la empresa Soleae y varias escuelas de hostelería castellanoleonesas.
Con el fin de promocionar la formación en el campo del aceite de oliva y de defender dos de las variedades de aceituna local se ha firmado un acuerdo que involucra a la empresa Soleae, de Herguijuela de la Sierra, a la Escuela de Hostelería Fonda Veracruz, al IES francisco Salinas y al Centro Integrado de Fp de Zamora.
![]() Representantes del IES Salinas y del centro de Zamora firman el acuerdo junto a los promotores de Soleae |
Con la firma de este convenio se pretende que los futuros restauradores y cocineros aprendan a apreciar las cualidades sensoriales de un aceite de oliva de calidad, pues como reconocía Jesús Ángel Blanco, promotor de Soleae “el consumidor hoy en día tiene el paladar mal educado, por ello hay grandes defectos en el aceite que consumimos en los establecimientos de hostelería, como el olor a rancio, que se identifican como una virtud”. Con este objetivo se organizarán a lo largo del año varias catas dirigidas a los alumnos de las distintas especialidades de hostelería.
Del mismo modo, con el acuerdo Soleae busca defender las dos variedades de aceituna local con las que trabaja: la manzanilla cacereña y la ocal, a través de la investigación y el desarrollo de todas las posibilidades que ambas aceitunas tienen en la cocina. Una actividad que como afirmaba Jeús Ángel ”ya se ha realizado con otras variedades como la Picual, con la que reconocidos cocineros del panorama local han investigado”.
Los jóvenes alumnos del Francisco Salinas trabajaron durante toda la mañana previa a la firma del convenio en la preparación de tres elaboraciones pasteleras a partir del aceite charro. Su tutor, José Ramón Martín, destacaba el sabor del helado "calidad nata" y la esponjosidad de la magdalena y del bizcocho que incluían ambas variedades de aceituna, en detrimento del que solo incluía manzanilla cacereña, que quedaba “un pelín más apelmazado”.
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