Mañana se rifa el marrano de San Antón en La Alberca

Mañana tendrá lugar la rifa de Antonio, el marrano de La Alberca, un evento que como cada año cumple con esta cita gastronómica tan tradicional. El gorrino se despide después de medio año en libertad por las calles del municipio. 

El cerdito más famoso de España será sacrificado este sábado con motivo de la celebración de San Antonio Abad. Desde que fuera bendecido en el mes de junio, en la festividad de San Antonio de Padua, ha sido el protagonista del pueblo, sacándose fotos con turistas, niños y todos aquellos que han deseado llevarse un recuerdo de su visita al municipio.

Antonio lleva dos meses a dieta y haciendo más ejercicio del habitual por las calles del pueblo para no superar los 160 kilos que ya pesa.

Ataviados con los trajes típicos, los albercanos mostrarán cómo se elaboraban antiguamente los embutidos

Este sábado comenzará esta fiesta tradicional y podremos ver al cerdito en el entorno de la iglesia donde se encuentra la famosa estatua que le homenajea y será en la Plaza Mayor del pueblo donde se celebrará la rifa. Los asistentes podrán colaborar solidariamente adquiriendo en los distintos establecimientos comerciales de La Alberca alguna papeleta para la rifa, al precio de un euro. El ganador del sorteo puede llevarse el cerdo (160 kg) o recibir su valor en productos de cerdo ibérico elaborados.

Vecinos y visitantes podrán disfrutar a ritmo de los tamboriles de las tradición más serrana y de una degustación popular de productor del cerdo ibérico.

Orígenes del Marrano de San Antón

Según cuentan los historiadores, la tradición del marrano de San Antón tiene sus orígenes en el siglo XV, cuando los judíos y musulmanes, temerosos de la Santa Inquisición, se escondían en los pueblos de la sierra, una de las zonas más seguras. Para demostrar su cristiandad, compraban cada año un cerdo que cebaban y después rifaban o daban a las familias más desfavorecidas, para así garantizar su sustento durante todo el año. Una costumbre que había caído en el olvido hasta que hace algo más de un cuarto de siglo el Ayuntamiento albercano decidió recuperarla.