El peligro de las casas que se convierten en restaurantes clandestinos
Jueves, 4 de Julio de 2019
Hosteleriasalamanca.es / Ana Redondo
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Se trata de una moda reciente, pero que es imparable, sobre todo en los destinos turísticos españoles por excelencia. Y Salamanca no es ajena a ella. Las experiencias gastronómicas que ofrecen diferentes plataformas en internet no son más que casas particulares que se convierten en improvisados restaurantes para dar de comer a los turistas.
La paella es uno de los platos más elaborados en los domicilios que ofrecen comida para turistas
Sin la licencia pertinente, sin la certificación necesaria para la manipulación de alimentos, sin declarar el lucro de una actividad… Las experiencias gastronómicas que se están popularizando en diferentes plataformas de internet para atraer a los turistas ofrecen comida y bebida a cambio de una determinada cantidad de dinero.
Si bien es cierto que en grandes ciudades como Madrid o Barcelona las ofertas son muy numerosas, en otras más pequeñas como Salamanca, también están empezando a aparecer. Nuestra ciudad mejora año tras año los datos de visitas, y por ello es una potencial candidata para acoger este tipo de experiencias.
Tras investigar por las redes, en Hostelerisalamanca.es hemos encontrado algunas de estas ofertas en plataformas pioneras como Airbnb, ¿queréis saber en qué consisten?
Bajo un perfil en el que la anfitriona local se define como una amante de la comida y de la cocina, la primera de las experiencias ofrece, bajo la denominación de “curso de cocina”, compartir con los usuarios su receta de tortilla y sangría. Así, con dos horas de duración y un coste de 25 euros por persona, la experiencia desarrollada en un chalet de la provincia de Salamanca, consiste en preparar y beber dichos alimentos, e incluso te invita a darte un baño en su piscina.
Otra de las experiencias gastronómicas que hemos encontrado en Salamanca ofrece paella y sangría por 45 euros/persona. En este caso, si eliges el turno de comida incluso te llevarán al mercado central para adquirir junto a la anfitriona los ingredientes necesarios. A continuación, la actividad se realiza también en un chalet, donde está incluido un aperitivo durante la elaboración de la comida, la paella elegida, sangría, cervezas y bebidas no alcohólicas.
Dos jóvenes comen en una mesa
Pese a lo atractivas que puedan parecer las ofertas de experiencias gastronómicas en domicilios, lo cierto es que pueden entrañar numerosos peligros. ¿Qué sucedería ante una intoxicación alimentaria?, y ¿ante un accidente en la preparación de la comida?, ¿cumple la casa las medidas higiénico-sanitarias necesarias?
El gremio de restauración de diferentes ciudades, como por ejemplo el de Barcelona, ya ha alertado de los riesgos que tienen las viviendas que ofrecen comida a turistas, pero se trata de una práctica que va en aumento y que consideran imprescindible regular.
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