La Fiesta del Cordero o Aid El Kebir, la más importante del calendario musulmán

Es la mayor fiesta del mundo islámico, es equivalente a la Pascua para los cristianos. No cuenta con una fecha definida ya que depende del mes en el que se celebre el Ramadán. Es una fiesta que dura 3 días y este año comienza el sábado 9 de julio con un montón de delicias culinarias dulces y saladas, sobre todo a base de cordero. ¡Os damos detalles!

En esta festividad cada patriarca de la familia puede sacrificar un cordero macho y mayor de seis meses, aunque también pueden utilizar otros animales como una vaca, un toro, una cabra, una ternera o incluso un camello. Este evento sirve como acción de gracias a Dios, además de rencontrarse y compartir con la familia y repartir generosidad a los pobres, ya que este animal sacrificado se divide en tres partes: una parte para el dueño del mismo, otra para familiares y vecinos, y otra ración para los más necesitados, independientemente de su religión o nacionalidad. Su piel se retira y posteriormente se cura dándosele una nueva vida como alfombra.

Su origen está ligado al pasaje bíblico en le que Dios se le apareció en un sueño a Abraham, conocido como Ibrahim para los musulmanes, y le pidió que sacrificara a su hijo para probar su lealtad, y cuando estaba a punto de matar a su vástago Dios lo detuvo y le dio una oveja para sacrificar en lugar de su hijo.

Chebaquia, dulce típico de la repostería magrebí muy presente en el Ramadán

Durante los tres días de celebración se come el animal sacrificado, acompañado de té o limonada, para rebajar el alto contenido en grasa del mismo. Su carne se consumirá sobre todo en pinchos hechos a la brasa, o bien en tajines. Uno de los tajines más conocidos es el mrouzia, un tajin dulzón -por la miel que incluye- y muy aromático, cuyo protagonismo lo comparten la carne de cordero y una receta exclusiva del ras el hanout (una mezcla de especias marroquí).

El primer día se realiza el sacrificio, con el animal mirando hacia La Meca, tras el sacrificio se toma té y pasteles. Tras la posterior oración empieza el festejo gastronómico, que lo inaugura el boulfaf (brochetas de hígado a la parrilla de carbón enrollado en pequeñas lonchas de grasa), acompañado de té y de pan hecho en una sartén. Típicamente se van haciendo y comiendo al mismo tiempo, por lo que nunca da tiempo a que se enfríen las brochetas. Por la tarde se quemará la cabeza de cordero y se guisará o bien se cocerá al vapor y el estómago del animal se toma en la cena. De esta manera, lo más perecedero, las vísceras, quedarán liquidadas el primer día.

Boulfaf, brochetas de hígado recubierto de una tira de grasa que se leaboran a la parrilla

El despiece del animal se realiza el segundo día de fiesta, al haber estado en reposo, es más fácil trabajar con la carne  ya que se vuelve más homogénea y prieta. La cola o Kadid se pone a secar al sol y se guarda, la parte más grasa se funde produciendo Khlie, una grasa que se utiliza para la preparación de brochetas de carne y de hígado a la parrilla. El resto lo reparte el cabeza de familia para la preparación de los entrecots y otros platos con carne, como el Kefta (carne de magro picada). 

Una vez que se ha hecho el reparto se guarda en platos, se cubren con trapos y se dejan al sol para que conserven el calor, aunque hoy en día la gente utiliza bolsas de plástico y guarda la carne en el frigorífico. Ese día, la gente toma pinchitos con té en el desayuno. En Chauen, una bellísima ciudad al norte de Marruecos, para almorzar se prepara un plato especial que es cuscús con la cabeza del animal sacrificado. Completan este plato con fraqsh (las patas del animal) que se cocinan normalmente con guisantes. Por la noche, cenan la paletilla del chivo estofada, o bien la carne hecha al vapor, añadiendo como ingredientes mantequilla, sal y comino en el momento de servirlos en el plato.

Todas estas comidas se toman normalmente tras las oraciones ad duhr (mediodía) e isha (de la noche), de manera que estos días las oraciones sustituyen al reloj en la vida cotidiana.

El tercer y  último día cada familia cocina  en función de su gusto y sus costumbres familiares. ¡Feliz Aid El Kebir!