Los 'tesoros' con más de 300 años de historia que esconde el restaurante OroViejo

El inmueble de estilo barroco en el que se encuentra el establecimiento salmantino data de 1742 y perteneció al poeta ilustrado Juan Meléndez Valdés. Hoy en HosteleríaSalamanca te descubrimos la historia de uno de los restaurante más bellos, sino el que más, de nuestra ciudad.

Cuando en 2015 comienza la restauración de lo que hoy en día es el restaurante OroViejo, los salmantinos y turistas que visitan nuestra ciudad no podían ni imaginar los 'tesoros' que se escondían dentro. No hablamos de cofres con monedas de oro, ni de joyas, sino de tesoros de tipo arquitectónico que hoy todavía se conservan, y hacen del restaurante OroViejo un lugar único en el que conjugar el disfrute gastronómico y el patrimonial. 

El emplazamiento del restaurante es una casa catalogada de estilo barroco y cuya construcción data de 1742. Cuenta con tres fachadas -a la plaza de San Benito, a la calle Meléndez y a la calle Compañía-, y fue propiedad del poeta ilustrado Juan Meléndez Valdés, como así lo atestiguan los elementos heráldicos que se encuentran en una de las fachadas. Fue construida por los Jesuitas al mismo tiempo que concluían las obra de La Clerecía, y gracias a la reforma de su interior hoy en día podemos disfrutar de un enclave único cada vez que acudimos al interior de OroViejo.

Salón principal abovedado en el interior de OroViejo

Pero, ¿cómo se gestó el conocido restaurante que este año ha cumplido 6 años de vida? Héctor Carabias, que desde corta edad descubrió su pasión por la cocina de la mano de su madre, cuenta con una larga trayectoria profesional ligada a los fogones. Tras la correspondiente formación, y adquirir experiencia con algunos grandes como los hermanos Roca, Quique Dacosta o Hilari Albelaitz, vuelve a Salamanca y se hace cargo del negocio familiar, el Corrillo.

Héctor Carabias, chef del restaurante OroViejo

Sin embargo, después de unos años, y con todos los objetivos cumplidos, Héctor necesita algo más y decide emprender un nuevo negocio. Así se hace con el inmueble centenario y protegido por Patrimonio. Cuando comienzan las obras se dan cuenta de los "tesoros" que alberga en su interior: un lagar -debió ser una bodega-, techo abovedado en ladrillo, paredes de un metro de grosor, reservados y hasta un pozo de 14 metros de profundidad del que todavía mana agua.

Un operario trabaja en la reforma del salón principal del inmueble

Bóveda de ladrillo y paredes con grosor de un metro, este era el estado original del interior de OroViejo

La minuciosa reforma consiguió sacar a la luz un lugar singular en el que disfrutar en su salón principal de una comida o cena en un enclave único con su techo abovedado, pero también ofrece la posibilidad, gracias a sus reservados, de celebrar reuniones familiares o de amigos de la manera más íntima.

Uno de los reservados que conserva un pozo de 14 metros de profundidad -se ha tapado con un cristal para evitar accidentes-

Otro de los reservados de OroViejo

Y si a los "tesoros" que alberga OroViejo unimos una experiencia gastronómica de diez, que pretende sorprender al comensal con platos que buscan y consiguen un equilibrio entre los sabores, texturas y presentaciones, respetando en todo momento el producto local... entonces no podemos dejar de animarte a visitar el restaurante OroViejo, que precisamente debe su nombre a los poetas anteriores al siglo XVII, que denominaban la piedra de Villamayor como el oro viejo de Salamanca por la tonalidad que adquiría al amanecer o caer el sol. 

Restaurante-Gastrobar Oroviejo
Plaza de San Benito 5 
37005 Salamanca
Tel de reservas y consultas: 923 21 54 92 / 657 90 07 87
www.restauranteoroviejo.es