La chanfaina del Chan

Fuente: Hosteleriasalamanca.es
Lunes 27 de Agosto de 2007 / Por Eva González

Si usted es salmantino existen un 99´99% de posibilidades de que cuando le diga la palabra Chanfaina inmediatamente exclame ¡la del Chan!. Y es que han sido muchas décadas que este Bar ha estado sirviendo pinchos de este típico (¡y picante!) arroz charro.

Ya mi abuelo, cuando era un joven apuesto de apenas 40 años, incluía esta parada en su ruta de chatos, sí si ya saben esos vasitos de vino “malo” que nuestros mayores tomaban allá por los años 60. Los chatos se bebían siempre acompañados de peculiares tapas. Por darles un ejemplo les diré que, siguiendo el testimonio de mi abuelo, esos vasos de vino se acompañaban en el Chan de Cangrejos del Río Tormes (por aquel entonces aún no contaminado) o los famosos tordos fritos. Sé que hoy en día resulta complicado imaginarse comiendo esos pajarillos que revolotean a miles por la ciudad. Mi abuelo sin embargo dice que eran exquisitos “¡uy eso es sabrosísimo y muy crujiente!” -exclama mientras recuerda triunfante sus ya cada vez más lejanas “andadas”-.

No obstante, el Chan no es un bar que únicamente permanezca en el recuerdo de nuestros mayores, año tras año, ha logrado atraer a un público heterogéneo: familias al completo, corrillos de jubilados, grupos de jóvenes... todo el mundo lo conoce y lo frecuenta fundamentalmente los domingos después de visitar el rastro.

En definitiva, si usted quiere sentirse como un auténtico salmantino, acérquese a eso de las 12 o una al rastro, pasee por sus calles, compre todo aquello que se le antoje o necesite y después, a eso de las 2 del mediodía, cuando el hambre comience asomar, corra hacia la terraza del Chan.

Tendrá que pelear por una mesa, cabrearse porque los camareros no dan más abasto y no se percatan de su presencia, esperar pacientemente la llegada de su cazuelita de arroz... toda una odisea que inmediatamente se olvida y desvanece cuando al fin aparece ese deseado pincho. La chanfaina sabe a gloria, pica eso sí y bastante, por ello les recomiendo acompañarla por ejemplo de una caña bien fresquita. (¡Un momento! ¿Que no sabe de qué está hecha la chanfaina? Yo le explico... es arroz con callos, sangre de cordero, comino, guindilla y cebolla principalmente. Todo un clásico en Salamanca, un plato con personalidad que aporta grandes dosis de energía.)

Bueno, continuemos... ¿por dónde iba? ¡Ah sí! Tras la espera, uno por fin comienza a tomar la chanfaina, de repente se nos suben los colores, un repentino sudor comienza a brotar por nuestros poros, una caña, otra y otra para calmar la quemazón... Logramos terminarla, uno está para una siesta. Nos reclinamos un poco en la silla y comenzamos a divagar, mientras el estómago hace esfuerzos titánicos por asimilar esa bomba de relojería. Miramos confusos a nuestro alrededor y nos damos cuenta de que el pobre Chan está bastante destartalado; parece una pequeña casita a punto de derruirse. Algunas reformas y ampliaciones se han ido realizando a lo largo de los años, pero no han sido más que parches que le han permitido mantenerse en pie casi de milagro. De todas formas eso nos da igual, es más nos gusta, así parece que se mantiene más la esencia del lugar, los recuerdos se mantienen más vivos y la chanfaina sigue estando tan buena como siempre ¿qué más se puede pedir?.

Precio chanfaina: 2€ Chanfaina + bebida: 3€ El Chan Avda. de la Aldehuela s/n 37003 Salamanca Tel: 923 180 882