Me hago mayor
Martes, 7 de Abril de 2015
Hosteleriasalamanca.es / Por Eva González
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Ya pasó la Semana Santa, que este año ha resultado ser de las mejores que hemos tenido en Salamanca; el clima ha respetado a todas las cofradías y nos ha permitido “peregrinar” de terraza en terraza tomando esos primeros rayos de sol. Además, la ciudad ha estado sorprendentemente animada, a pesar del espíritu de recogimiento propio de estas fechas, más de 40.000 turistas –según datos facilitados por Turismo de Salamanca- se han acercado este año a nuestra ciudad para disfrutar de su patrimonio histórico, sus procesiones y por supuesto su gastronomía. |
Plano en mano han recorrido sin prisas la ciudad, eso es lo bueno que tiene nuestro "pueblecito": la tranquilidad con la que se disfruta, sin estrés, sin largas colas, sin interminables distancias, sin metros ni buses atestados a horas punta… La nuestra es una ciudad para saborearla, para deleitarse con cada uno de sus rincones y plazas, para pasearla sin agobio admirando sus cúpulas y fachadas, pero también para disfrutar haciendo “shopping” o tapeando en sus cientos de barras.
Han sido muchos los hosteleros charros que estos días mostraban en las redes sociales el lleno de sus locales, que permanecían repletos desde media mañana hasta la madrugada. Desayunos, tapas, comidas, cafés, más tapas, cenas y primeras copas se han sucedido sin descanso cada día. El personal ha tenido que estar a la altura y aguantar las maratonianas jornadas, en unas ocasiones con más atino que otras.
![]() Nuestra querida Plaza Mayor ha sido la gran protagonista de la Semana Santa |
He disfrutado muchísimo de mi ciudad esta Semana Santa y me he sentido especialmente orgullosa de ella, hasta me he emocionado viendo alguna de sus procesiones, como la de la Soledad –¡qué belleza!-.
Es curioso, cuando era joven renegaba de mi "herencia": mis padres, mi ciudad natal, las lentejas con costilla, las costumbres familiares… Ese rechazo era parte de la búsqueda de mi identidad, anhelaba abrirme a nuevos lugares y experiencias, dejarme sorprender por lo desconocido, lo distinto… Sin embargo, con el transcurrir de los años me he reconciliado conmigo misma y mis orígenes, de repente aquello que no tenía ningún interés resulta sorprendente, especial y emotivo. Saber por ejemplo que mis abuelos transitaron por las mismas calles que yo lo hago hoy en día, que se emocionaron viendo las mismas procesiones, que formaron parte de este bonito paisaje que es Salamanca... me conmueve, lo reconozco.
Mi marido dice que me estoy haciendo mayor, y que por eso veo las cosas con otra óptica. Puede que tenga razón…
Eva González Hernández
Directora de Hosteleriasalamanca.es
redaccion@hosteleriasalamanca.es
@evasalamanca
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Comentarios
Mari
Martes, 7 de Abril de 2015
Puede que tenga razon, si jaja. Eso nos ha pasado a todos
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