La política... un barrizal pestilente

Me escribe mi querida amiga Eva González, Directora de esta página, y me recuerda que aún no ha recibido mi comentario habitual para la sección de colaboradores. ¡Vaya! Entre unas cosas y otras se me fue el santo al cielo. Decido ponerme a ello pero ¡ya mismo!, de manera que… ¡Ah, pero… si ni siquiera he pensado el tema! Bueno, con tantos acontecimientos como hay ahora será fácil hilvanar algo de rabiosa actualidad. Si, será cosa de nada… me digo.

Vamos a ver. Podría comentar sobre la beatificación de Juan Pablo II. Además le vi una vez en persona y me caía bien… Era un tipo majo y, mira, en poco tiempo ya en los altares… Su enorme valentía a la hora de llamar las cosas por su nombre y decir lo que pensaba cautivaba a cualquiera. Pienso que también por su elegancia.
Pero, ¿Qué no se habrá escrito sobre Karol Wojtyla? Y, desisto, claro.

Me doy un garbeo mental por la política nacional y ya, después de las primeras esquinas lo que de pronto se me abren a mis ojos como ramos de jacintos no son los pechos de alguna “Casada Infiel” como le ocurrió al legítimo gitano de Lorca, sino tal cantidad de disparates, desajustes, embustes y sinvergonzonerías, injusticias, ladronerías, indecencias y otras muchas lindezas, que si me decidiese a comentar con detalle y dar mi opinión con linajes incluidos, el siguiente artículo tendría que enviarlo desde “Topas” y, francamente, no me apetece. No tengo la valentía ni la elegancia del Beato Wojtyla.

Y porque no somos así de arrojados, ni elegantes, ni capaces de enseñar los dientes, ni hablamos cuando es debido y callamos “acojonados” (con perdón del palabro) cuando más deberíamos demandar justicia y lealtad a quien corresponda, honestidad a quien la argumentó en su día, (ahora sé que con total falsedad), y porque, siendo conscientes de que existen muchas responsabilidades, tampoco seremos capaces de exigirlas, por miedo, por desidia, ¿yo que se por qué?... tal vez por agotamiento, me quedo en los enunciados. Al fin y al cabo Juan Pablo II estuvo más cercano de la política de lo que supimos nunca.

Mira que si nos regala un milagro y nos deja como una patena este pestilente barrizal…

Juan Santamaría
Chef Director del Restaurante Cala Fornells
Tejares, Salamanca

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