La obra bien hecha
Martes, 17 de Abril de 2012
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José Tamayo, mi maestro en la cosa de subirme a un escenario para interpretar un papel me enseñó, entre otras muchas, que la HONESTIDAD es la base fundamental para tener éxito en lo que se está haciendo o, al menos, intentando hacer. Recordaré siempre que en uno de los ensayos de “Antonio y Cleopatra” en el teatro romano de Mérida, me pasé más de media hora encaramado en lo alto de aquellas históricas ruinas repitiendo una breve frase sobre la luz de la luna que, por cierto, en aquella templada noche de Junio era espectacular. Hasta que no dije la puñetera frase con la entonación deseada por mi director el ensayo no siguió adelante. |
Stanislavski, director escénico, pedagogo teatral y creador de su famoso método con el que se han formado y aun lo siguen haciendo la práctica totalidad de los actores en todo el mundo, nos inculca que hasta que el actor no siente como propio el texto que interpreta, éste carecerá de toda credibilidad para el espectador. O sea que, “o te lo crees y lo vives” o no habrá nada que hacer. En definitiva, también un problema de HONESTIDAD.
Y, por último, el ejemplo más contundente lo pude vivir en un ensayo de la Filarmónica de Berlin dirigida por Herbert von Karajan. En aquella ocasión el maestro detectó una fuga de sonido en el decorado del escenario del Auditorium de Palma de Mallorca. Suspendió el ensayo y amenazó con suspender el conciento si la deficiencia no era subsanada.
Dicho esto, pues ahora nos vamos a la cocina o, mejor diría, a las muchas cocinas que actualmente trabajan a diario en Salamanca para placer de propios y extraños. Cocinar, que para mi es otra forma de “hacer arte” también debe ser consecuencia de una labor honesta, ajustada a los cánones, de la experiencia y ajena a toda improvisación. Como dice el maeatro Paul Bocuse las cosas que ponemos en el plato deben “saber a lo que son” y servidas en “cantidad suficiente”.
Sabores y cantidades y yo añadiría... y precio, y servicio, y amabilidad, y educación, e higiene… En definitiva profesionalidad.
Y porque “LA OBRA BIEN HECHA A SU AUTOR RECOMIENDA” es por lo que recomendaría, si se me permite, huir de toda afición. Los “aficionados” son graciosillos en su casa una noche de juerga y amigos, pero resultan anticomerciales en cualquier establecimiento que se precie, legalmente constituido y de el que, por lo general, dependen varias familias y el patrimonio del empresario. No digamos ya, el buen nombre de una ciudad cómo la nuestra que, también y en gran medida, depende de su gastronomía.
Lo que comen aquí lugareños y visitantes, debe estar en consonancia con las maravillas que ofrece a diario nuestra histórica Salamanca. Ver, gustar y recordar serán sinónimos de Volver. Es lo que queremos, ¿no?
Juan Santamaría
Chef Director del Restaurante Cala Fornells
Tejares, Salamanca
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Comentarios
Dionisio
Viernes, 15 de Junio de 2012
Hola D. Juan,
su restaurante tiene un par de críticas negativas en www.tripadvisor.com Le recomiendo responder a estas críticas porque esa página tiene muchos seguidores. Saludos
Carmen
Lunes, 7 de Mayo de 2012
Buen escrito, no hay nada mas cierto. Exitos.
Martín. Hostelnor
Martes, 17 de Abril de 2012
Totalmente deacuerdo Juan, al cien por cien, hay que empezar a esmochar lo que nos perjudica en la gastronomía local, porque anula el buen trabajo de los demás, igualmente lo aplico a los instaladores de cocinas industriales sin conocimiento alguno.
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