Haití
Jueves, 14 de Enero de 2010
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Nuevamente la Tierra se revolvió sobre sí misma lanzando desde la profundidad de sus entrañas un nuevo aviso, una nueva protesta ante el abuso a que la venimos sometiendo con nuestra descomunal inconsciencia. |
Siempre hubo fenómenos así, tragedias impredecibles, movimientos adversos de la Naturaleza que en brevísimos minutos, devastaron extensas zonas de nuestro planeta. Es cierto. Tal vez ahora, con la rapidez con que los medios nos acercan la noticia pudiera parecer que va en aumento la intensidad y el número de los episodios no deseados. Cierto también…
Pero no me resigno a creer que las cosas siguen como fueron siempre, que el hombre no está influyendo de alguna manera en el devenir de los acontecimientos, que por diferentes y poderosas razones, alguna responsabilidad en los hechos deberíamos contemplar.
Y lo que digo no es ni fantástico ni artificial.
Mencioné al principio la palabra “abuso” y, aunque consciente de que no me asiste ninguna preparación para ello, al igual que una inmensa mayoría de mis semejantes, vivo en la creencia de que algún protagonismo tenemos los habitantes del mundo más avanzado sobre éste comportamiento tan desigual de nuestra madre Tierra.
Protagonistas en la causa y también en los efectos porque, es curioso, muy curioso que en dos terremotos de igual intensidad (algo más de 7 en la escala de Richter) Japón y Haití, el saldo de muertos en el primero fuese únicamente de 17 y en el segundo más de 100.000. Es evidente. “Algo hay que estamos haciendo mal” también en el campo de la prevención y en el reparto de la riqueza.
Propongo por tanto, primero evaluar esta nueva tragedia, enterrar a los muertos y ayudar en lo que podamos a los que han sobrevivido. Ya luego debería producirse un análisis en profundidad de errores, atrevimientos, retos y desprecios a la Naturaleza en forma de peligrosísimas pruebas nucleares, subterráneas y en superficie, brutales deforestaciones, explotación indiscriminada de mares, ríos y humedales, intencionados incendios… ¡Que de sorpresas nos íbamos a llevar!.
Lo dije antes: abusos deshonestos, violación del necesario equilibrio, creciente incapacidad para una armónica convivencia… ¿Hacia donde vamos?
Juan Santamaría
Chef Director del Restaurante Cala Fornells
Tejares, Salamanca
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