Calentamos un poco de aceite en una sartén (también vale una cazuela baja) de 24 cm de diámetro y doramos los muslos de pollo por todos lados. Condimentamos con sal, pimienta negra recién molida y una pizca de comino molido antes de retirar de la sartén y reservar. Pelamos y picamos finamente la cebolla. Lavamos, secamos y picamos también el pimiento rojo.
En la misma sartén de rehogar el pollo, pochamos la cebolla y el pimiento rojo a fuego lento. Aprovechamos la grasa del pollo y, si lo vemos necesario, añadimos un poco más de aceite. Cuando la cebolla esté transparente añadimos el ajo, pelado y picado, y cocemos durante un par de minutos. Removemos para que se unan todos los sabores e ingredientes.
Devolvemos los muslitos de pollo a la sartén y regamos con el caldo. Añadimos también la salsa de tomate, una pizca de azafrán molido, la hoja de laurel, orégano seco, sal y pimienta negra molida.
A continuación agregamos el arroz y mezclamos bien para que quede totalmente sumergido y llevamos a ebullición. Cocemos a fuego alto durante cinco minutos. Después bajamos el fuego y cocemos durante 12-14 minutos más a fuego suave, con la sartén tapada. Dependiendo del tipo de arroz que usemos, puede requerir más tiempo.
Terminamos el arroz añadiendo los guisantes y removiendo para que se integren, pero con mucho cuidado porque son muy delicados. Servimos inmediatamente y ¡a disfrutar de un plato único!
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