En primer lugar, limpiamos el lechazo, quitamos los riñones y parte de la falda para que no se recoja al asarlo.
Posteriormente, lo untamos con manteca y sal gorda y lo disponemos en bandejas con platos para que la pieza no esté en contacto con el agua.
Continuamos horneándolo, por la parte de la piel, a 180 ºC durante 15 minutos. Consecutivamente, por esa misma parte, lo horneamos otros 30 minutos a 130 ºC. Con la piel hacia abajo, durante 25 minutos a 130 ºC. Y, finalmente, con la piel hacia arriba de nuevo, 15 minutos a 180 ºC.
Esta vez incorporaremos en la bandeja agua o un majado compuesto por aceite, ajo, perejil, vino blanco, y como toque especial, salvia.