La chebakia es un dulce típico marroquí que es habitual encontrar en cualquier mercado o pastelería de este país. Incluso, a la hora de la merienda, se instalan puestos ambulantes en las calles donde elaboran y fríen este plato, que endulza el ambiente con su aroma a almendra y a sésamo tostado. Además, durante el periodo del Ramadán, es bastante frecuente consumir este dulce debido al aporte calórico que posee. La mejor forma de degustar la Chebakia es acompañándola con el café o té moruno (té a la menta). (aprox 15 unidades)
» 250 gramos harina » 100 gramos de almendras tostadas molidas » 75 gramos de sésamo tostado » 1 sobre de levadura química » 1 cucharadita de canela » 2 cucharadas soperas de agua de azahar » Una pizca de hebras de azafrán » Unas gotas de esencia de anís » Una pizca de goma arábiga en grano » 1 huevo » 1 cucharada de vinagre blanco » 25 gramos de mantequilla » 5 centilitros de aceite de oliva » Un vaso de agua
PARA FREÍR » Aceite de girasol » Miel » Sésamo tostado
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Comenzaremos elaborando la masa de las Chebakias. En primer lugar, procederemos a moler las almendras tostadas, acto seguido las introducimos en un bol en el que añadiremos el huevo, la cucharada de vinagre, la canela y la esencia de anís. Posteriormente, trituraremos con la batidora el sésamo y le añadiremos un chorrito de aceite. Cuando toda esta mezcla se encuentre compacta, la verteremos en un bol y añadiremos la mantequilla a punto pomada (es decir, que se encuentre en un estado moldeable. Para ello, debemos sacarla del frigorífico media hora antes de preparar el plato), el aceite y el agua de azahar y removemos todo ello con una cuchara. Consecutivamente, verteremos el sobre de levadura, las hebras de azafrán, la goma arábica picada (resina natural utilizada para dar forma moldeable al plato) y la harina, y comenzamos a amasar con las manos. Añadiremos agua a la masa, de forma progresiva, y realizaremos entorno a cuatro bolas que cubriremos con un papel film y dejaremos reposar durante 15 minutos.
Tras dejar reposar la masa, con un rodillo la expandimos y procedemos a cortarla en rectángulos utilizando un cortador de pasta. Cogeremos la primera bola, la estiramos muy fina con el rodillo, y empezamos a cortar (con un cortador de pizzas ondulado) rectángulos de 6 a 7 centímetros (que conformarán los bordes del chebakia), y dentro de cada rectángulo, cortamos 4 líneas de 5 centímetros. Cada línea no debe sobrepasar los bordes. Posteriormente creamos la chebakia con la forma de flor que se ve en la imagen y repetimos el proceso con todas las bolas que hemos preparado previamente.
El último paso será calentar el aceite de girasol y freír las chebakias. Rápidamente, añadimos la miel y la goma arábiga para que se adhieran a este dulce durante dos minutos. Acto seguido, las sacamos de la sartén y espolvorearemos las semillas de sésamo tostado. Es una receta laboriosa pero merece la pena llevarla a cabo, ¡las chebakias están buenísimas!
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