El crumble es una receta inglesa, relativamente reciente, muy fácil y rápida de hacer. Es un pastel de frutas (habitualmente de manzana) que se debe a su nombre: la traducción al castellano significa desmigajar, justo la técnica que se aplica a la harina con mantequilla muy fría. Se suele servir caliente. (para un crumble)
» 50 gr de azúcar » 80 gr de harina » 80 gr de mantequilla muy fría » 50 gr de almendra molida » Una cucharada de canela molida » Una pizca de sal » Dos melocotones en almíbar » 3 cucharadas de ron
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Para empezar debemos utilizar cuatro mitades de melocotón, escurrir todo el líquido y cortarlos en trocitos pequeños. Después, precalentamos el horno a 190 grados.
Troceamos bien la mantequilla mientras está fría para que le dé esta textura desmigajada al postre. En un bol grande tamizamos la harina, añadimos el azúcar, la almendra molida y la mantequilla troceada y con las manos mezclamos y amasamos hasta que quede esa textura de migas tan característica del crumble.
En un recipiente mediano apto para meter al horno, colocamos los trozos de melocotón y echamos por encima el ron (si el postre va a ser para niños, podemos eliminarlo sin problema). Lo mezclamos bien para que la fruta se empape del líquido. Después cubrimos el melocotón con el crumble y lo metemos al horno. El tiempo de horneado variará del grosor que pongamos, se estima de unos 40 minutos, cuando la capa exterior del crumble sea dorada y veamos burbujear los líquidos del melocotón. Cuando saquemos el recipiente del horno, lo dejamos reposar unos minutos y listo.
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