Trocear el chocolate y reservarlo en un bol mediano.
Por otro lado, calentar en un cazo la nata. Cuando empiece a hervir, retirarla del fuego y verterla sobre el chocolate. Esperar un par de segundos, y empezar a remover con una cuchara de madera o una espátula de goma hasta que todo el chocolate se haya fundido y esté perfectamente integrado en la nata.
Añadir la mantequilla y volver a mezclar hasta que se disuelva.
Cubrir esta mezcla con papel film e introducirla en la nevera durante 24 horas.
Pasado este tiempo, la masa estará bien fría y dura. Sacar 18 bolas con una cuchara y darles forma redonda con las palmas de las manos, como si hiciésemos albóndigas. A continuación, rebozarlas en cacao en polvo o en azúcar glas.
Más recetas dulces para Navidad:
Tronco de fresa y crema ganache
Tiramisú en copa
Turrón casero de nata y nueces