Lavar las berenjenas y cortarlas longitudinalmente en láminas de un centímetro de grosor, pero sin llegar a cortar el tallo para que las berenjenas se abran como un abanico. Salamos las láminas y dejamos que suden durante 20-30 minutos para que desprendan el amargor. Mientras tanto, cortamos los tomates pera en rodajitas finas, salpimentamos y reservamos.
Pasado ese tiempo las lavamos bajo el chorro de agua para quitar el exceso de sal y las secamos con papel de cocina. Las disponemos abiertas sobre la bandeja de horno cubierta con papel sulfurizado, las salpimentamos y pincelamos generosamente con aceite de oliva. Cubrir cada lámina con mozzarella, añadir las rodajas de tomates pera, un chorrito de aove e introducir al horno a 180º con calor arriba y abajo unos 20-25 minutos hasta que estén doradas pero con su carne tierna.
Tras pasar por el horno, añadir el queso Parmesano rallado que se fundirá al instante con el calor residual y las hojas de albahaca o de la hierba fresca que te guste (en la imagen hay perejil pero también puede ser tomillo, orégano…). Servir caliente acompañado de pasta o un buen pedazo de pan de calidad.
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