Para la "pasta"
Primero cortamos el tomate en pequeños dados y los apartamos para freírlos más tarde junto con la carne.
Ahora viene el paso más importante: cortar el calabacín en finas tiras, como si fueran espaguetis. Para ello nos podemos valer de tres utensilios distintos: un cortador spirelli, un rallador o un pelador en juliana. Hay que tener cuidado de no llegar a la parte de las semillas, porque se ablanda mucho y no nos sirve para cocerla después.
Ahora que ya tenemos nuestra “pasta de calabacín”, preparamos la cazuela y cuando empiece a hervir, vertemos el contenido en su interior.
Preparamos la carne
En una sartén aparte con aceite de oliva caliente aprovecharemos para ir preparando la carne picada. La dejaremos freír a fuego medio hasta que pierda su color rosado y añadimos los dados de tomate.
Para finalizar
Cuando la pasta de calabacín esté lista (depende de gustos, pero la gente suele preferirlo “al dente”), añadimos la carne y espolvorearemos el queso parmesano rallado por encima.
Sazonamos con las especias (un poco de orégano y albahaca) y ya tenemos una estupenda receta de pasta a base de calabacín.
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