Cereales desconocidos
Jueves, 2 de Octubre de 2014
Hosteleriasalamanca.es / Por Sara G.
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Cuscús de quinoa, porridge de mijo, ensalada de fonio... existen cereales milenarios casi desconocidos para la gran parte de la población occidental. Todos ellos destacan por sus poderosas cualidades nutricionales y la versatilidad de sus aplicaciones culinarias. ¿Te atreves con ellos?.
Arriba y de izda. a dcha. cereales habituales: centeno, trigo y cebada. En la fila inferior y de izda. a dcha. cereales menos populares: kamut, quinoa y mijo |
Los cereales son el alimento base más importante de la dieta humana, son ricos en nutrientes, proteínas, minerales, vitaminas e hidratos de carbono, siendo así la principal fuente de energía de nuestro organismo. Hay múltiples formas de prepararlos y consumirlos: en grano entero, molido, salvado, harinas... o por otro lado podemos elaborar con ellos pan, pastas, galletas e incluso bebidas alcohólicas como la cerveza.
Son muchos los tipos de cereales que existen, y pocos los que conocemos y llegan a nuestras manos. Todos sabemos de la existencia del arroz, el trigo, el maíz, la avena, el centeno, o la cebada, los más consumidos a nivel mundial, pero hoy queremos comentaros otras clases de grano que estaban olvidadas y que últimamente están ganando popularidad, como la espelta, el kamut, la quinoa, el amaranto, el mijo o el fonio.
La espelta es un cereal originario de Irán, es un tipo de trigo antiguo con más riqueza vitamínica y valor nutritivo que el trigo convencional. Cuando llegó a Europa, en la Edad Media, se utilizaba para elaborar pan para las clases más ricas, mientras que para las pobres se usaba el centeno. Es un cereal de fácil digestión y su sabor es más intenso, con un ligero toque dulce.
Tallarines de harina de espelta con tomatitos confitados y mozzarella |
Un grano de tamaño ligeramente mayor pero también de fácil asimilación por su cáscara fina es el Kamut. De procedencia egipcia, es de los trigos más primitivos que se conocen, proporciona vitaminas, minerales y oligoelementos que refuerzan el sistema inmunológico.
La quinoa y el amaranto proceden de América del Sur y ninguno contiene gluten, por lo que son una buena opción para personas celíacas. Ambos son pseudocereales, pues se incluyen en eses grupo por sus propiedades similares aunque en realidad no lo son.
La quinoa, o quinua, su nominación en Latinoamérica, era un alimento muy valioso para los incas y aztecas al que llamaban “el grano madre”. Su grano, esférico y de reducidas dimensiones tiene un sabor y una textura agradable, ligeramente crujiente, y grandes propiedades nutricionales. La quinoa tiene un bajo índice glucémico y contiene un gran aporte de fibra, además de ser rica en ácidos grasos esenciales. Se puede preparar cocida con usos similares al arroz (sopas, ensaladas, guarniciones e incluso postres) o en harinas.
El Tabuléh, la ensalada árabe que normalmente se elabora con cuscús, puede prepararse con quinoa. |
El amaranto tiene un aspecto tostado y es aún más pequeño que la quinoa, tiene una alta calidad nutritiva y proteica, mayor que cualquier tipo de cereal, con gran aportación de ácido fólico y aminoácidos. Por todo ello, curiosamente, es el alimento que toman los astronautas. Se puede consumir molido en harina, para elaborar pan, tortas y pastas (espaguetti, lasaña…), o en grano, en este último caso se recomienda como guarnición para acompañar verduras, carnes y pescados o en sopas.
El mijo se cultivaba en China hace más de 5000 años, quizá es el cereal más famoso dentro de este grupo de desconocidos. Sin gluten, es una fuente de hierro, bajo en grasas y con un alto contenido en hidratos de carbono, aporta mucha energía por ello es aconsejable comerlo en el desayuno (en forma de galletas o el mijo cocido en leche, similar al porridge británico o las gachas nacionales, y acompañado de miel y frutos deshidratados: ciruelas, pasas...).
La avena, cereal base del porridge británico o las gachas nacionales, puede sustituirse por mijo. En la imagen con orejones y ciruelas pasas. |
El fonio por su parte, es un tipo de mijo cultivado en África, es de los cereales más sabrosos del mundo, rico en magnesio y zinc, sus granos son diminutos y se pueden emplear para cocinarlos como cuscús o en lugar de arroz. Antes de cocinarlo es necesario lavarlo varias veces y sumergirlo en agua hasta que ésta quede totalmente transparente, de este modo el grano no quedará apelmazado tras su cocción.
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