Quien no tenga algún amigo en su grupo habitual cuya propuesta para cenar sea un inmediato “pues podríamos pedir sushi”, es que no dispone de una vida social muy activa. Porque resulta que ya no es necesario vivir en grandes ciudades para que la comida japonesa se haga un hueco en nuestra rutina, ya residas en el Garrido más profundo o en Las Ramblas de Barcelona.
Pero, ¿qué tienen de especial esas recetas con abundantes especias, pescado crudo (¡crudo!) y un arroz inexplicablemente dulce que parece requerir de un curso especializado para aprender a sujetarlo con palillos? Bueno, ahora lo veremos.
Poco podía imaginar el
Restaurante Fuji, pionero en esta especialidad en España e inaugurado hace ya 40 años, el éxito que esta gastronomía llegaría a alcanzar en nuestro país. Como ya imaginan, el ingrediente que no puede faltar es el arroz blanco –normalmente glutinoso, de grano medio-corto–, ya sea para utilizarlo en el
sushi que tan buena fama se ha ganado entre la población o como acompañamiento a un buen
katsudon.
California Roll
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¿A qué nos referimos cuando hablamos de katsudon? Pues nada más y nada menos que a una chuletade cerdo o de pollo empanada y frita. No está mal el apunte para aquellos que afirman que la comida japonesa es sólo pescado crudo y algas… aunque evidentemente, no les vamos a engañar. Algo de eso hay.
Sin embargo, al contrario de lo que puedan pensar nuestras abuelas más tradicionales, existen muchísimos beneficios al posicionarse a favor de este tipo de alimentos. La ensalada de algas o wakame, además de tener un sabor exquisito, es rica en minerales y calcio. Y el sashimi –la forma más común de comer pescado crudo aparte del sushi– resulta increíblemente ligero y sabroso gracias a no someterlo a ningún tipo de cocción.
A juzgar por los datos, los salmantinos no han dudado en acoger con entusiasmo esta nueva cocina asiática. Establecimientos como
Sushimore venden cada semana gran cantidad de productos para llevar, mientras que locales familiares como
Restaurante Ai prefieren abrir sus puertas a clientes ansiosos por disfrutar de un verdadero menú japonés casero. Por lo que parece, Japón se ha instalado en la ciudad. Y ha venido para quedarse.