Comer como reyes

Si quieres comer como un rey en Salamanca tienes varias alternativas, entre ellas el Castillo del Buen Amor, el Parador de Ciudad Rodrigo, el Fuerte de la Concepción o el Castillo del Puente Congosto.

El Castillo del Buen Amor, fue edificado en el siglo XII o XII durante la repoblación de Salamanca encomendada por el Rey Alfonso VI a su yerno Raimundo de Borgoña. Fue fortaleza defensiva, propiedad del Duque de Alba, escenario de los amoríos del Arzobispo de Santiago, Alonso de Fonseca y su amante María de Ulloa. Fue donado a los Reyes Católicos, destruido y reconstruido por Alonso de Fonseca en el siglo XV, declarado Monumento Histórico Artístico en 1931, almacén agrícola y de nuevo ruinas, hasta que la familia Fernández de Trocóniz, lo restaura y años después lo convierte en hotel-restaurante.

Castillo del Buen Amor

Con esos avatares históricos bien podemos imaginar los banquetes que allí se dieron, los ríos de vino que corrieron. Sin embargo, ahora, bajo la batuta de Javier Esgueva, el Castillo del Buen Amor ofrece una carta donde la cocina tradicional castellana está presente pero en platos elaborados con mucho mimo, como el steak tartar cortado a mano y preparado en el momento, las carrilleras de ibérico glaseadas o la lubina soasada con chipirón.

Además, el entorno del Castillo del Buen Amor ofrece numerosos atractivos lúdicos para completar la jornada, como un laberinto, un lago o viñedos.

Una opción más desconocida, sobre todo porque todavía no lleva un año abierto, es el Hotel Real Fuerte de la Concepción, en Aldea del Obispo. Un lugar tan mágico como su pasado militar y artístico, con obras de Manuel de Lara Churriguera. Elemento clave en la Guerra de la Independencia, destruido en dos ocasiones, convertido en naves para albergar ganado y recién restaurado para convertirse -en apenas unos meses- en el tercer hotel salmantino más recomendado en la red social especializada, TripAdvisor.

Fuerte de la Concepción

Este escenario de ensueño se completa con un restaurante, el Escuadrón, dividido en varias salas decoradas con un estilo moderno pero respetando la arquitectura del Fuerte. En la época estival, también se puede comer en el patio de armas o en el Baluarte del Infante Felipe, con vistas al foso.

En un lugar tan lleno de historia, la carta apuesta por la cocina tradicional de la zona, pero al igual que el Fuerte, ha sido restaurada para darle un aire moderno, de siglo XXI, con el que conquistará al visitante.

Parador de Ciudad Rodrigo

El Castillo de Enrique II de Trastámara alberga el Parador de Ciudad Rodrigo. Este castillo contruido en el siglo XIV, cuenta con 35 habitaciones y un restaurante especializado en cocina tradicional de la zona, con varios platos, como la Paletilla de cordero lechal rellena, que incorporan el embutido típico de Miróbriga: el farinato. A destacar su "Torre del Homenaje", abierta al público desde el año pasado (consultar horarios) es un fantástico observatorio para contemplar magníficas vistas del Campo Charro.

Otra opción que ofrece la provincia salmantina es el Castillo del Puente Congosto, aunque en realidad está enfocado a la celebración de bodas organizadas con el Hotel Horus. Fue edificado en el siglo XVI por los señores Dávila de Cespedosa, en 1980 fue adquirido por su actual propietario, Luis Sánchez González, y desde entonces, ya ha acogido varias celebraciones.

Castillo del Puente Congosto