Los valores que hacen única a la marca de Tierra de Sabor
Lunes, 17 de Mayo de 2021
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Piensa en un lugar en el que sus campos hablan, su trigo luce dorado al sol. Sientes la templanza de sus dehesas y ganaderías y te pierdes en sus viñedos, cuna de una tierra de vinos de excelencia. Piensa en un lugar con mil sabores, únicos, auténticos y singulares. Todos comparten un mismo origen, un corazón que contiene la innovación y el cuidado de los pequeños detalles que garantizan tu confianza. Piensa en un lugar, plagado de castillos, palacios, torres, pueblos con encanto, parques naturales llenos de magia. Todos hablan de tradición y de historia. Su nombre es Castilla y León y, su corazón, Tierra de Sabor.
Castilla y León es Tierra de Sabor. Cultura, naturaleza…, y un asombroso patrimonio agroalimentario. La excelencia de nuestras carnes, ibéricos, quesos, legumbres…, la lozanía de nuestras huertas, el aroma del pan recién horneado y como no, la autenticidad y variedad de nuestros vinos. Un universo de sensaciones y sabores, creado por las manos expertas de excelentes cocineros. Estos son los valores que representan este proyecto y con los que se consigue llegar al corazón de miles de personas:
Apoyan enormemente a pequeños y medianos productores, ya que siempre aparece la procedencia de cada producto que consumimos.
Una suma de esfuerzos que permite crear una gran marca de dimensión nacional, ocupar un espacio único de productos que tienen tradición, historia, y nombre y apellidos de los productores de las materias primas con los que están elaborados.
Una respuesta a aquellas personas, profesionales y consumidores que exigen conocer de forma precisa el origen, autenticidad y calidad de los alimentos consumen
Tiene un impacto significativamente positivo para nuestro medio ambiente ya que reduce en gran medida los costes de transporte de estos productos, así como el tiempo entre que éstos son recogidos o elaborados y su consumo.
Recoge el fruto de la innovación aplicada a una materia prima que respeta los modos tradicionales de producción.
Consumir sus productos contribuye al desarrollo económico sostenible, así como al asentamiento de población en el medio rural.
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