Estufas en la Plaza, ¿realidad próxima?

El ansiado sueño de los hosteleros de la Plaza Mayor de poder colocar estufas en el emblemático ágora salmantino, con la que poder combatir el frío seco charro, parece que pronto dejará de ser ciencia ficción y se convertirá en realidad.

Lejos, muy lejos, quedan aquellos días cuando la Ley Antitabaco echó de los bares a los fumadores y llenaron sus puertas de gente ansiosa de fumar mientras tomaba café. Los hosteleros salmantinos vieron en las mesas altas y las estufas una oportunidad para retener al cliente. Sin embargo, en una ciudad monumental como Salamanca, todo camina a paso lento. Hace cuatro años se dieron los primeros pasos en una propuesta; en la Semana Santa de 2014, se eligió el modelo de estufa que menos impacto visual causaba en la plaza -un calentador gris, de un metro aproximado de altura y que funciona con gas-; y el pasado 30 de diciembre la Comisión Territorial de Patrimonio autorizó su disposición para la Plaza.

Ahora, con un poco de suerte, los hosteleros esperan poder utilizarlas durante la próxima Semana Santa. No será fácil, puesto que primero debe conocerse el número exacto de estufas que se van a utilizar en el casco histórico, y luego hacer el pedido a la empresa alemana que las fabrica, y que tardará entre tres y cuatro meses en enviarlas.

Las estufas de gas estarán ubicadas entre las mesas situadas más cerca de los soportales, siempre rodeadas por cuatro sillas, y nunca entre la tercera y cuarta fila de la terraza.

Sin embargo, esas estufas llevan una cara B. La que deben cumplir los hosteleros, que para poder encender sus estufas primero tendrán que ponerse de acuerdo en el tipo de cartel que utilizarán todos para promocionar sus productos, puesto que es una de las condiciones que ha impuesto la Comisión de Patrimonio para autorizar el uso de las estufas. Además, deberán elegir modelos similares de sillas y mesas. El Ayuntamiento deberá ser el encargado de vigilar y alentar a los hosteleros a lograr ese acuerdo.