Tapear o comer al estilo de Santa Teresa

Alba de Tormes vive su año grande con el V Centenario de Santa Teresa y las Edades del Hombre. El 2015 será inolvidable para la hostelería albense, que desde hace tiempo se prepara para no defraudar a los visitantes y para aportar su granito de arena a las efemérides. 

Nueve establecimientos hosteleros tienen un menú carmelitano, con algunos de los platos tradicionales del Carmelo Teresiano. Ahora que el frío hace acto de aparición, empieza a apetecer un potaje, que es uno de los platos estrella, pues no en vano existen hasta siete versiones diferentes, que pueden comerse en Don Fadrique, Miratormes, la Taberna de Toñi, La Perdiz -abierto desde 1885- o el Trébol, entre otros establecimientos, puesto que en todos ellos es un primer plato obligado.

En el segundo plato ya hay algo más de variedad, aunque el bacalao, en algunas de las 18 versiones que existen en el recetario por excelencia carmelitano, es mayoría. En Don Fadrique se come desalado en salsa verde y en Doña Matea con crema de espárragos trigueros y gambas mariposa.

Los postres de la época eran las natillas y el arroz con leche. En Alba han apostado por las natillas, en Fadrique se ofertan acompañadas de una manzana asada e infusiones de hierbas secas del convento, y en Doña Matea escoltadas con almendras garrapiñadas. Para probar las natillas del hermano Gabino, habrá que ir hasta el Alameda.

Existe, aunque no se suele ofrecer en Alba, un licor carmelitano, muy aromático, que se fabrica en el Desierto Carmelita de las Palmas de Benicasim, que sirve para ponerle otro broche tradicional a un menú a base de potaje y bacalao.

Junto a estos nueve establecimientos, otros treinta de Alba han apostado por ofertar una tapa carmelitana. En la mayoría de ellos el bacalao es el protagonista, con versiones tan dispares como rebozado, en salsa verde, confitado con melaza de frutos rojos... o la croqueta de bacalao de Mussa Bar, un establecimiento especialista en tapas y candidato a los Premios HosteleriaSalamanca.es de este año.

También se pueden degustar otros bocados en formato pincho tan apetecibles como el mero con cebolla caramelizada, champiñones, huevo de codorniz relleno en su nido, mejillones, sardinas, tostas de queso y anchoa, o la clásica empanadilla de pisto con bonito.

Opciones variadas para pasar un buen día gastronómico en una localidad, Alba de Tormes, que vive alrededor de su Santa pero que se alimenta a partes iguales de tradición, y de la cocina de vanguardia, bien sea en tapas o en platos elaborados, pero siempre apostando por los productos locales.

Más info del menú y las tapas carmelitanas en Alba de Tormes