El Fuerte de la Concepción se convierte en un lujoso hotel

El Real Fuerte de la Concepción, construido en 1735 para defender a España de los ataques de Portugal, acaba de convertirse en un hotel de cuatro estrellas, con un restaurante, El Escuadrón, que apuesta por la comida elaborada con productos autóctonos.

La historia del Fuerte de la Concepción se inicia en 1663, cuando el Duque de Osuna decide levantar una fortaleza para evitar los ataques de Portugal, que se acababa de independizar de España. Eligió la localidad salmantina de Aldea del Obispo para hacerlo y destinó a 3.000 hombres, que vieron como antes de acabarlo tuvo que ser destruido al perder una batalla.

Sobre esa base, en 1735 se construyó lo que actualmente se conoce como el Real Fuerte de la Concepción siguiendo las instrucciones de Moreau, que ideó una de las fortificaciones con forma de estrella más perfecta. Sin embargo, en la Guerra de la Independencia el Fuerte cayó en manos francesas e inglesas y sufrió varias voladuras, quedando semiderruido y abandonado.

Después de muchas peripecias, en 2006, el historiador Luis Togores adquiere esas ruinas, incluido un escudo tallado por Churriguera, y tras cuatro años planificando y dos de obras, logra transformarlas en un atractivo hotel de cuatro estrellas. El Domus Real Fuerte de la Concepción dispone de 28 junior suites, 3 suites y 4 habitaciones dobles.

Al frente del Hotel se encuentra Nuria Rubio. “El hotel es una maravilla y queremos enfocarlo a un tipo de clientes que buscan el conocimiento de este tipo de edificios. Nos queremos diferenciar por la calidad en el servicio, que sea algo de siete estrellas, muy sofisticado, para completar la experiencia de dormir en un Fuerte del siglo XVIII”, indica.

Una de esas experiencias únicas será el restaurante. Carlos Carrillo, que ha pasado por distintos hoteles como el Hesperia de Madrid, es el cocinero que está al frente de El Escuadrón. Su idea es hacer una cocina innovadora pero utilizando los productos de la zona. “Queremos unos platos cuidados pero sencillos y con cantidades generosas. pretende trabajar con los productos de la tierra pero transformándolos a su estilo”, explica Nuria Rubio.

En la carta del Escuadrón encontramos platos como los Trigueros a la parrilla con queso de cabra crujiente; la pizarra de quesos nacionales con pan de pasas; Lomo de bacalao al horno, crema de ajos y trío de pimientos asados; Merluza, Verduritas escalibadas y aceite de pimentón; Carrilleras de cerdo ibérico estofadas al Oporto y timbal de calabaza asada o el Solomillo de Morucha con reducción de Madeira y setas de temporada.

Por su ubicación, El Escuadrón es el lugar idóneo para abordar distintas jornadas gastronómicas, como la caza, las micológicas o cenas temáticas. El restaurante cuenta con tres salas, ubicadas en zonas que en la época militar servían para dar cobijo cada una de ellas a más de 200 personas, y una cafetería, con acceso al patio de armas.