5 consejos para empezar con buen pie el año
Miércoles, 2 de Enero de 2013
Hosteleriasalamanca.es/ Por Eva González
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Os ofrecemos algunos consejos para devolver la rutina culinaria a nuestro organismo, maltrecho por el uso y abuso navideño. ¡Tomad nota!
Una vez superadas la mayor parte de las fiestas y encuentros navideños, va siendo hora de meter en cintura a nuestro cuerpo y de prepararlo para la empinadísima cuesta de enero. Por ello nada mejor que comenzar a recuperar la rutina hoy mismo, el segundo día del año, con la breve excepción eso sí de la comilona de Reyes, ¡tampoco es cuestión de amargarse!.
Reencuentro con los platos cotidianos
En primer lugar os proponemos comenzar a recuperar esos platos cotidianos y ligeros que suelen protagonizar almuerzos y cenas el resto del año. Es hora de despedirse de los embutidos, los fritos y las carnes grasas como el cordero, el tostón o el pato y de recibir en nuestra mesa de diario caldos y purés caseros, carnes magras como la pechuga de pollo o el pavo y los platos de pescado elaborados de forma ligera: a la plancha, al vapor, en paillote, con salsa de tomate o en salsa verde.
La sopa casera, un plato cotidiano reconstituyente, asequible y con muchas vitaminas |
Menos hidratos: Adiós al pan de molde
Es el momento también de reducir la ingesta de hidratos y sobre todo de decir adiós al recurrente pan de molde, tan socorrido y versátil en estas fechas. Este tipo de pan contiene grasas en su composición, por ello es mejor sustituirlo por el pan de toda la vida y si es integral y con cereales ¡mucho mejor!. Nuestro intestino nos lo agradecerá… Es aconsejable evitar el consumo alto de hidratos a la noche, lo ideal es iniciar el día con ellos y utilizarlos como guarnición para el almuerzo ( por ejemplo un cuenquito de arroz basmati cocido acompañando unos filetes de pollo).
5 al día ¡ahora más que nunca!
Es el momento de hacer nuestra esta máxima que nos invita a ingerir un mínimo de cinco piezas de frutas y/o verduras diarias. No puede pasarse por alto su aporte vitamínico y de minerales. Por no hablar de su poder saciante gracias a su alto contenido en fibra. Algunas son especialmente indicadas para estos momentos por su alto poder antioxidante, como los cítricos, el kiwi o el tomate, cuyas grandes dosis de vitamina C estimulan el sistema inmnunitario. La zanahoria, la calabaza y el mango, por su parte, tienen mucha vitamina A, que ayuda a neutralizar los radicales libres presentes en nuestro organismo y que producen daños celulares y riesgo mayor de sufrir, entre otras, enfermedades cardiovasculares.
El kiwi y las frambuesas tienen un gran poder antioxidante por su alta concentración de vitamina C |
Otras, sin embargo son idóneas por su potencial depurativo y su poder diurético, como le sucede al apio, el hinojo, la alcachofa o los espárragos (al natural, no valen los de bote!). Las uvas, que en estos días abundan, son también una fruta ideal para limpiar el organismo.
¡Importante! Compra siempre verduras y frutas de temporada y no las sometas a un cocinado excesivo, pues además de quedar con un aspecto poco apetecible, perderán parte de sus nutrientes. A la plancha y al vapor son dos opciones oportunas.
Menos sal y más condimentos naturales
Para evitar la retención de líquidos y la característica sensación de hinchazón hay que disminuir el consumo de sal y sustituirla por otros condimentos naturales que sin duda van a dar “alegría” a nuestros platos. Las hierbas aromáticas dan mucho juego; la salvia, el tomillo y el orégano van fenomenal con el pollo y el pavo, la ternera y los huevos, la albahaca puede marcar la diferencia en una ensalada capresse (de tomate y queso tipo Burgos) y una cucharadita de café de curry indio aporta a un plato de lentejas una dimensión exótica muy agradable y gustosa. La cebolla y el ajo juegan también un papel crucial en muchas elaboraciones, por la personalidad que aportan y sus beneficios probados en el organismo.
El ajo y la cebolla tienen múltiples beneficios para el organismo, además de aportar sabor y personalidad de modo saludable a los platos |
¡Muévete!
La única manera de quemar lo ya ingerido es haciendo ejercicio. Andar todos los días al menos 45 minutos con paso ligero o nadar dos o tres veces por semana en la piscina climatizada del barrio son opciones interesantes y asequibles. Y lo más importante, en un cuerpo sano, sin patologías previas, hay una ley básica que siempre se cumple: si se ingiere más de lo que se gasta se coge peso, ¡así de sencillo!. ¡Feliz año!.
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