Protagonista de una grandiosa extensión de dehesa salmantina, situada a veinte kilómetros de Salamanca, el hotel aparece ante los ojos del visitante como una construcción pausada en el tiempo. La Fortaleza, originaria del siglo XV, conserva el carácter militar y renacentista característico de la novela caballeresca de la Edad de Oro.

Su arquitectura única logró que en 1931 fuera declarada Monumento Histórico-Artístico. En su interior, el mobiliario y la decoración evocan la época original de la construcción, gracias a un cuidado exhaustivo de los detalles y las numerosas antigüedades, presentes en cada rincón del castillo.

Estrechos pasadizos, escalinatas de piedra y robustos artesonados brindan a sus huéspedes estancias con encanto propio, entre ellas El Patio de Armas, un espectacular espacio destinado a albergar celebraciones al aire libre de hasta 130 comensales. Para bodas más multitudinarias existe la posibilidad de rentar una carpa acristalada, con aforo para 250 invitados.

En cuanto a la composición del ágape, los recién casados tendrán la opción de elegir entre más de diez menús y diez tipos de aperitivos, estos últimos se servirán como cóctel de bienvenida en la terraza, o en una de las galerías del Castillo.

La celebración nupcial siempre podrá complementarse con algunos de los servicios adicionales que ofrece el establecimiento: actuaciones musicales de variados estilos para amenizar el ágape o el baile posterior al mismo, alquiler de coches de lujo o carruajes tirados por caballos, ambientación y decoración especial a gusto de los novios…

El Castillo además obsequia a la pareja con la noche de bodas en una de sus espectaculares habitaciones de lujo: la Grand Imperial Suite que permite disfrutar en exclusiva de uno de los torreones de la fortificación o la Gran Suite con una extensa terraza desde la cual disfrutar de soberbias panorámicas.