Porsiete, del aceite a la reutilización de ropa

La cooperativa social Porsiete, que desde 2007 se dedica a la recogida y reciclaje del aceite vegetal de cocina, es, tras haber recibido la aprobación de la Junta este verano, gestor autorizado para recogida de ropa, textil y calzado.

Tras el éxito alcanzado con la recogida del aceite, donde ya cuentan con 1.100 clientes de hostelería y acuerdos con casi todos los ayuntamientos de la provincia de Salamanca para la colocación de contenedores de reciclaje del aceite de uso doméstico, los responsables de Porsiete han dado un paso más en su apuesta por la economía social y la reutilización de recursos.

“Lo que queremos es dar un nuevo servicio de recogida y reciclaje a todos los ciudadanos y empresas. Vamos a trabajar todo lo posible la reutilización, la segunda mano de aquellas prendas que estén bien y aquellas más deterioradas se aprovecharán como trapo de industria”, asegura Pilar Rodríguez, presidenta de la cooperativa.

Algunos de los trabajadores de Porsiete recogiendo bolsas de ropa usada

Al hablar de “trapo de industria”, Pilar se está refiriendo a “una camiseta de algodón que no vale para ser revendida, pero sí para un taller o para la limpieza de cristales. También a la manufactura de otros productos, como la fabricación de gorras, material insonorizante o relleno de sillas, por ejemplo”, explica.

José Salvador, uno de los socios fundadores de esta cooperativa social, que emplea a quince personas, doce con alguna discapacidad física, sensorial o intelectual, comenta que la canalización de segunda mano se realizará a través de empresas de recogida autorizadas. “Queremos tener clara y demostrable la trazabilidad del residuo, por eso somos miembros de la Asociación Española de Empresas Recuperadoras de Economía Social y Solidaria”, afirma.

El proceso para la recogida de la ropa es muy similar al que realizan con el aceite usado. Una de las vías abiertas está relacionada con el uso industrial, en el que entrarían las empresas de hostelería que cambien su mantelería o la ropa de sus trabajadores, pero también otros negocios, como por ejemplo una residencia de ancianos que renueva su ropa de cama. “La ventaja que le ofrecemos al sector de la industria es que nosotros lo

Pilar Rodríguez, presidenta de Porsiete, tras recibir el galardón en los Premios Hosteleriasalamanca.es 2007

recogemos in situ, no tienen que molestarse en nada. Además, si es mucho volumen, no se lo admiten en los puntos limpios. A la larga, los establecimientos estarán obligados por ley a gestionar la recogida de todos sus residuos. Reciclarlos es una forma de dar valor a nuestras cosas y de crear puestos de trabajo que antes no existían.”, explica Pilar.

La otra vía es la doméstica. Para ello ya están alcanzando acuerdos con los ayuntamientos de Salamanca para ubicar contenedores en puntos específicos de recogida. La nueva línea de trabajo ya está en pleno funcionamiento, como lo demuestran los convenios firmados con los ayuntamientos de Santa Marta y Alba de Tormes, entre otros, o con la Asociación de Hostelería.

Aceite
Porsiete nació en mayo de 2007 y en estos pocos años ya se ha convertido en una empresa de referencia en el sector del reciclado gracias al trabajo desarrollado con el aceite vegetal usado, como lo demuestran premios como el de “Mujer y Empleo 2008”, la mejor “Iniciativa Cooperativa 2009 de Castilla y León” o el premio a la mejor Iniciativa en la Gala de los Premios Hosteleriasalamanca.es 2007.

Desde el inicio se han dedicado al reciclaje de aceite vegetal usado para convertirlo en biocombustible. Con 1.100 clientes industriales, la mayor parte empresas hosteleras, Por Siete también ha apostado por llegar a todos los hogares para recuperar el aceite. “Un litro de aceite contamina mil litros de agua, además de dañar tuberías y depuradoras”, recuerda José Salvador.

Por ese motivo, piden que el aceite usado sea depositado en botellas de plástico en los contenedores naranjas que hay distribuidos por los distintos municipios. “La ratio es de un contenedor por cada 2.500 hogares en las grandes ciudades. Allí pueden depositar su botella con el aceite, nosotros lo recogeremos y lo trituraremos, separando por un lado el aceite y por otro, el plástico, que también se recicla”, comenta Pilar.

“De esta forma, al depositar el aceite en un contenedor naranja, estamos permitiendo dar otro uso a dos materiales contaminantes. El aceite se destina para elaborar biocombustible, y así convertimos un residuo contaminante en otro producto que no contamina. Además, el aprovechamiento es grande, porque de un kilo de aceite vegetal sacas 900 gramos de combustible”, comenta José Salvador.

Pese al éxito alcanzando en sus objetivos, desde Porsiete, afirman “Tenemos planes de seguir estudiando y trabajando para que las cosas no se paren. El mundo de los residuos es fundamental y en esta sociedad nuestra es básico recuperar cada vez más”, afirman.