Buñuelos, huesos y castañas… postres para los Santos

Con ellos empieza la temporada alta de la repostería. Atrás queda la operación bikini, y comienza el tour por los buñuelos, el turrón, los mazapanes, el roscón de reyes, el chocolate con churros para entrar en calor… Con su seductor relleno, los buñuelos de viento ocupan la primera “pole” de la temporada. Son los verdaderos protagonistas del 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos. Una fecha donde los golosos también disfrutan de los Huesos de Santo, y se alza el telón oficialmente para la campaña de castañas asadas. Visto así, el 1 de noviembre es la festividad de los postres…

Del tamaño de una pelota de ping-pong, rellenos de crema, nata, chocolate, cabello de ángel, con azúcar glaseada o sin ella… son los buñuelos que estos días pueblan los escaparates de las pastelerías salmantinas, aunque su demanda ya lleva varias semanas al alza.

Variedad de bueñuelos de viento

Originalmente, este dulce no era otra cosa que masa frita, que seguramente después, como casi todos los platos de origen árabe, se bañaba en miel. Al menos así aparecen en las primeras recetas de buñuelos encontradas en España, allá por el siglo XVI.

Los gustos cambian y la miel exterior ha desaparecido, se le ha incorporado un relleno para darle más jugosidad y se le adorna sobre todo con azúcar. Durante años la crema y el cabello de ángel eran los dueños del relleno, luego llegó la nata, el chocolate, la crema de manzana… y los más vanguardistas se atreven con buñuelos de gin-tonic e incluso de cerveza con crema de cacahuete.

Pero si eres una de esas personas que disfruta en la cocina, te animamos a preparar tus propios buñuelos. Aquí te dejamos varias recetas para hacer buñuelos ricos, ricos.

En Salamanca también podemos encontrar los Huesos de Santo, un dulce con forma cilíndrica de mazapán o pasta de almendra, relleno tradicionalmente de yema pastelera, pero que ha evolucionado hacia la crema y el chocolate. Su historia es un poco más tétrica, pues sirven para honrar a los nuestros, para recordar de manera agradable a aquellos ante los que se ora el día de Todos los Santos en el cementerio. De origen madrileño, estos empalagosos dulces también tienen algo que ver con el fin de la campaña de recogida de la almendra, y la elevada cantidad de azúcar que suelen llevar, contribuye a prolongar su vida útil más allá de una semana.

Y si los Huesos de Santo tienen vinculación con el final de la campaña de la almendra, nuestra tercera protagonista empieza con esta festividad su temporada alta: la castaña. El próximo 1 de noviembre se abrirán los puestos de castañas asadas de Salamanca, para poder disfrutar de un manjar serrano, que este año viene un poco bajo de calidad y tamaño por la ausencia de lluvias a finales de agosto y principios de septiembre.

Castañas asadas a la brasa en un puesto callejero

La castaña asada es el producto estrella de la gastronomía callejera invernal pero al mismo tiempo es una acompañante versátil en los fogones, que igual sirve para completar platos en forma de crema, de salsa, puré, pasta, mousse, glaseado…, que se convierte en postre. De sus posibilidades gastronómicas, ya hablaremos otro día, porque por Los Santos, la castaña asada a la brasa en el puesto callejero o en la chimenea de casa, es la que manda. ¿Qué no tienes chimenea?, tranquilo, que al horno, en el microondas o en la sartén, también quedan de rechupete.

Finalmente, y como desde hace unos años la fiesta de Todos los Santos va ligada a Halloween, también es relativamente fácil encontrar algunos postres donde el protagonismo lo empieza a asumir la calabaza.