Nuevo presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Salamanca

Racismo en la cafetería de la Peña de Francía
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Mi nombre es Bruno, soy de Brasil y llevo 16 años en España. En poco años, llevaré más años en España que en Brasil. España es mi segunda patria, en la cual me he sentido muy a gusto siempre, con alguna que otra temporada no muy buena.
Creo entender y escribir muy bien el español, aunque sigo teniendo cierto acento brasileiro que despierta la curiosidad de muchas gentes que suben a la Peña de Francia, lugar donde confluyen muchos extranjeros y nacionales. Mi acento despierta cierta curiosidad en muchos de los que nos visitan, preguntándome de dónde soy. Acostumbro decir, en plan de broma, lo que un amigo me enseñó: “Soy del pueblo de donde como”. Nadie se ha molestado, máxime cuando les aclaro que soy de Brasil. Suelo explicarles un poco de la historia de mi vida, de cómo vine a parar a España y, sobre todo, a la Peña de Francia, donde ya llevo 8 años.
Lo que me ha ocurrido domingo 04/12/2022 es para no olvidar. NO sé muy bien cómo describirlo. Ha sido un día para no olvidar y no por lo positivo y bello que habitualmente se produce en la Peña de Francia.
Por vez primera he pasado por una situación horrible, humillante, en mi puesto de trabajo. Uno cree que allí, en el Santuario, el racismo -la Virgen es morena de sol y viento, casi negra- no podría darse. Pues se ha dado. De manera muy desagradable y violenta.
Narro los hechos: llegó a la cafetería del Santuario un señor en un autobús de Jaén, matrícula 8758 GVL. De los varios pasajeros del autobús, entró en el bar un matrimonio directos a los baños. Les indico que los baños son para los clientes. La señora insiste que los baños de cualquier bar es público, su esposo sin hacer ningún caso, los utilizó; en seguida su esposo, me increpó llamándome extranjero de mierda, diciendo que era un marroquí de mierda y que me fuera del país. El subía cada vez el tono. Los demás clientes del bar escuchaban en silencio, incluidos niños. Le dije que racismo era crime en España, que los clientes que allí estaban lo estaban oyendo todo que decía, era igual. Siguió en tono amenazante
No me impresionó. Intenté hacerle saber de manera educada y suave, sin levantar el tono amenazante que él tenía, que en la Comunidad de Castilla y León existe un decreto que regulan los establecimientos de restauración en el que consta:

1. Decreto 12/2016, de 21 de abril, por el que se regulan los establecimientos de restauración en la Comunidad de Castilla y León (BOCYL de 25 de abril de 2016).

2. Artículo 29. Obligaciones de los clientes. Los clientes de los servicios de restauración están obligados a:

- No utilizar los aseos u otras instalaciones de los establecimientos de restauración por las personas que no sean clientes, salvo autorización del titular del establecimiento.

Me ha dicho que como un inmigrante le va a querer enseñarle sobre decretos, se identificó como policía y pidió la hoja de reclamación – ya verás la que te va a caer extranjero de mierda, eres una mierda - cuando le dije que llamaría a la guardia civil. Siguió insultando como marroquí de mierda, eres un mierda vete de España y así sucesivamente. Que me fuera del país, porque era policía y que volvería a por mí, lo reiteró varias veces. Su lenguaje era cada vez más insultante y chulesco. Guardo una grabación de su persona. Mi llamada a la Comisaría de La Alberca ha sido desviada a la central de Salamanca. Expliqué al guardia civil que me atendió que obviamente este señor no iría facilitarme sus datos. Me ha dicho que intentara sacarle una foto, vídeo y una fotografía de la matricula del autobús, así lo hice. La guardia civil de Alberca estaba en una diligencia y no había patrulla cerca de la Peña de Francía. Una de las familias que allí estaba empezó a decirle que me dejara en paz y que se fuera, que dejara de insultarme. Su mujer viendo que hablaba con un agente inmediatamente lo sacó de instalaciones de la cafetería, él seguía a insultarme, le dije que no era marroquí , me contestó que le daba igual porque yo seguía siendo un extranjero de mierda, portugués de mierda con este acento asqueroso de mierda.

Como consecuencia de esta situación he aprendido tres cosas:

- Mantener siempre la calma.

- Tus conocimientos personales nadie te los puede quitar. Han sido obtenidos con esfuerzo, sacrificio y voluntad. El trabajo digno de camarero -no retribuido como se merece- siempre será necesario en lugares como éste del Santuario.

- Mi formación, antes de llegar aquí está avalada por la titulación de la formación superior en Administración de Empresas, con especialización en comercio internacional y Máster en Gestión y Dirección Hostelera adquiridos parte en Brasil, parte en España como costa en la recepción de La Hospedería Peña de Francia.

- Todo camarero/a o personal de servicio de la Hospedería o situación Hotelera debe ser respetado, sea nacional o extranjero, al margen de su formación académica. Así como el personal de servicio debe respetar y atender amablemente a los clientes.

Muchas veces un “extranjero de mierda”, como el citado señor me insultó, sea marroquí, brasileño, portugués o de cualquier otra nacionalidad puede saber más de lo que se piensa. Son las circunstancias de la vida las que le han obligado a emigrar de su país.

Deseo que se tomen medidas legales ante estas situaciones racista y xenófobas que frenen y ayuden a que no vuelvan a producirse. Menos aún en un Santuario tan visitado por gentes de todos los lugares y condiciones.

El lector y las autoridades pertinentes a las que acudiré, comprenderán que no es nada agradable tener que narrar este encuentro desafortunado en terreno sagrado, por no ser cualquier lugar y para el que estamos aleccionados por ser lugar de acogida y respeto humano y religioso. Llamé a la Guardia Civil de La Alberca. Nadie había en el cuartel, mi llamada acabó sendo desviada a una central de Salamanca. Me dice que si no tengo datos del cliente nada puedo hacer: Cómo voy a tener datos de un señor de paso. Yo no puedo pedirle sus datos, como es lógico. Ni siquiera sé su nombre. La Empresa de autobuses tampoco se hace responsable. En definitiva, uno se siente indefenso y unos u otros se lanza la pelota y nunca pasa nada, todo parece quedar impune.

Acudo, de momento, a ustedes para conocimiento de otros muchos peregrinos y visitantes y, juntos, mantener la dignidad del lugar y sus instalaciones. Es lo más práctico que se me ocurre para que se difunda este tipo de comportamiento y de falta de impunidad. Parece que aquí todo está permitido.

Deseo mantener a mis familiares españoles al margen, como es lógico y confío en las autoridades españolas y su sentido de la justicia para que intervengan en situaciones similares; España SÍ es mi patria y en ella quiero
vivir con dignidad y respeto los años que restan de vida.

Diga NO al racismo.

Seguiré trabajando con entrega y espíritu de servicio y, en medio de algunas dificultades, ser feliz.
Que Nuestra Señora de la Peña de Francía nos proteja.

brunoninck@hotmail.com
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