Los alimentos que no conviene guardar en la puerta de la nevera
Martes, 20 de Septiembre de 2022
HosteleriaSalamanca.es
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Se trata de la parte del electrodoméstico que tiene una mayor variedad de temperaturas, así que no es lugar ideal para los productos más perecederos. ¡Te lo mostramos en HosteleríaSalamanca!
La puerta es la zona menos fría de la nevera, de manera que no debemos utilizarla para almacenar los alimentos más perecederos, según una noticia publicada por La Vanguardia. Estos -sobre todo carnes y pescados- deben guardarse siempre en la parte del frigorífico más cercana al congelador, ya que es la más fría y, por tanto, la que los va a mantener protegidos de cualquier tipo de contaminación bacteriana.
Pese a que si no abrimos y cerramos la nevera en exceso y la mantenemos a una temperatura adecuada, limpia y ordenada, es difícil que proliferen los microorganismos, es conveniente ser cuidadosos a la hora de organizarla, especialmente en verano.
Pero ¿cuáles son los alimentos que comúnmente ponemos en la puerta de la nevera y que no deberían situarse allí?
Pese a que existen muchas recomendaciones de que se deben poner los huevos en la puerta de la nevera, lo cierto es que no parece muy buena idea someter a un alimento tan delicado, que además traemos del supermercado a temperatura ambiente, a cambios constantes de temperatura. Los huevos necesitan temperaturas estables, de manera que lo mejor es colocarlos en uno de los estantes superiores, donde el frío es moderado, explican. En cualquier caso, lo que nunca debe guardarse en la nevera una vez preparadas son las salsas a base de huevo, como es el caso de la mayonesa, que solo podrá conservarse si es industrial.
La puerta de la nevera es un lugar habitual en el que muchas personas conservan el chocolate, pero lo cierto es que no es recomendable hacerlo, ya que lo mejor es almacenarlo a temperatura ambiente en un lugar fresco y seco. Esto ocurre porque los cristales de la manteca de cacao suben a la superficie cuando se produce un cambio brusco de temperatura, de modo que cristalizan en la parte superior.
Un estudio realizado por científicos de la Universidad de Florida señala que cuando los tomates se almacenan en la nevera se producen cambios que afectan a su sabor y su textura, ya que sus moléculas reaccionan a las altas temperaturas. No es una afirmación concluyente, porque una investigación de 2020, en este caso realizada por científicos de la Universidad de Gotinga, en Alemania, asegura que el sabor de los tomates depende más del período de almacenamiento que del lugar en que se hayan conservado. Así pues, esta investigación señala que cuanto más corto sea el almacenamiento, mejores serán las propiedades organolépticas de esta fruta, independientemente de si se conserva o no en el frigorífico.
Conservar la cebolla en la nevera, ya sea en la puerta o en cualquier otro espacio, es un error, ya que siempre deberían guardarse en un lugar fresco y seco, a temperatura ambiente. Así lo señala Ángeles Carbajal, profesora titular de Nutrición en la Universidad Complutense de Madrid, que en su artículo La cebolla, una aliada para tu salud indica que “el contenido en antioxidantes y sustancias conservantes naturales de la cebolla es mayor en sus capas externas, pues su misión es precisamente proteger a la planta, a la cebolla, del deterioro. En estas condiciones se conservan bien varios días sin necesidad de refrigeración, siempre que estén en un lugar seco y fresco. Una vez cortadas es necesario conservarlas en el frigorífico bien tapadas: en estas condiciones también pueden estar varios días en la nevera”. Así pues, solo es conveniente conservar la cebolla en la nevera una vez ha sido cortada, teniendo en cuenta que se debe consumir en pocos días.
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