¡Gracias mil!

Ya han transcurrido siete días desde la Gala de Premios HosteleriaSalamanca.es, tiempo que he necesitado para recuperarme físicamente del trance y para reorganizar mi cabeza, totalmente exprimida durante las últimas semanas. Confieso que aún sueño cada noche que debo organizar la Gala y que falla todo: los invitados no aparecen, los patrocinadores no tienen su mesa reservada, no comprendo las interminables listas de asistentes que sostengo en mis manos…

Es algo que me sucede cada edición; suelo tardar una media de ocho días en relajarme y permitir que Morfeo me guíe por la senda de un sueño reparador, de esos que duran toda una noche sin sobresaltos, pesadillas ni reiteradas visitas al baño con infructuosos resultados. En fin habrá que tener paciencia…

Respecto a la Gala todo salió “a pedir de boca”, superamos los 800 invitados y batimos el récord solidario, recaudando más de 1.500 kilogramos de comida para el Banco de Alimentos de Salamanca.

Casi todos los invitados vinieron guapos, respetando la media etiqueta que sugeríamos este año. Hubo excepciones sí, pero tras la reprimenda a alguno de ellos por parte de nuestro presentador Santiago Juanes, estoy convencida de que el próximo año nos sorprenden en la Gala ataviados por lo menos con un elegante frac.

Lo cierto es que la noche fluyó por sí sola; los asistentes llegaban al hotel, inmortalizaban el momento -y el modelito- en el Photocall y pasaban al salón, donde cada cual debía ocupar su lugar, en butaca o, como era el caso de patrocinadores y nominados, en una mesa reservada, sobre la cual les esperaba un generoso picoteo creativo regado con vino, cava y refrescos.

Se respiró en todo momento un ambiente simpático y afectuoso, la gente se reencontraba con compañeros de profesión, a los que hacía meses o años que no veía, con sus proveedores habituales o con empresas nuevas que les sorprendían por la originalidad y calidad de sus productos. Me consta que muchos hicieron fructíferos negocios durante el cóctel, aspecto que me satisface, pues también ése es uno de los propósitos de este evento.

Recuerdo la emoción con la que Conrado, Aurelio y Helio recibieron el galardón, el orgullo por el trabajo bien hecho de Gonzalo Sendín y Pedro Pérez Castro, la sorpresa que se llevó nuestra bloguera Patricia Sánchez y los saltos de alegría que dio una entusiasmadísima Pilar Trocóniz en el escenario, tras recibir la estatuilla que reconoció al Castillo del Buen Amor como ganador del Premio Excelencia, el más especial de la noche.

Particularmente emotivo resultó ser el homenaje a Juan Santamaría, fueron muchos los que no pudieron contener las lágrimas tras visionar el vídeo, que con tanto cariño le habíamos preparado. Su hija Elisa quedó tan conmocionada que apenas pudo pronunciar palabra y eso que –como me dijo días después- se había preparado un pequeño discurso de agradecimiento.

Fabián, el tercer clasificado del programa Masterchef, protagonizó el homenaje sorpresa al pequeño Juan Carlos Sánchez, que no se creía la suerte que había tenido de poder estar junto a su ídolo televisivo, con el que comparte su afición por los postres. Fabián me sorprendió por su simpatía y cercanía con la gente – no dejó de hacerse fotos y de charlar con los invitados en toda la noche, que culminó os confieso a las 4.30 de la madrugada-. Sin embargo, lo que más me llamó la atención de Fabián fue su inteligencia, nos demostró ser un joven brillante, que con 19 años tiene la cabeza muy bien amueblada y las cosas meridianamente claras.

No puedo olvidarme del Delfile de moda del Centro Difusor de la Piel, que con sus aplaudidas prendas de abrigo puso el colorido y el glamour a la noche de fiesta, ni del mago Miguelillo, que nos arrancó sonoras carcajadas a los invitados, especialmente a nuestro Delegado de la Junta, Bienvenido Mena, una persona amable y prudente, que vive “a tope” la Gala y que cada año, antes incluso de consultar su agenda, ya nos confirma su asistencia.

Agradecimientos miles; a patrocinadores y colaboradores, que esta edición no han dudado en poner toda la carne en el asador, a las tres escuelas de hostelería, que nos han prestado a alumnos y que en sus cocinas han elaborado parte del cóctel, a las autoridades, que nos apoyan con su presencia, entre ellos al Concejal Julio López Revuelta, fiel cada año a la cita desde su primera edición, al hotel, y en especial a Mario, jefe de cocina, por sentir el evento como si fuera suyo, a Víctor Iglesias, que siempre nos ayuda pero que este año ha echado el resto, a mi equipo, que se ha encargado de la parte técnica y de ayudarme en todo lo que he necesitado, a Maribel, por su estupendo equipo de azafatas, a las Hermanas Manero, por su positivismo y entusiasmo, a Antonio, director de La 8, que realizó un despliegue televisivo como nunca antes visto, y muy especialmente a Claudio, por su sensibilidad, por la energía e ilusión que pone en esta Gala y por su gran profesionalidad, que permite que el evento sea aún más espectacular cada año.

Eva González Hernández
Directora de Hosteleriasalamanca.es
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