Los hosteleros coinciden: el plan energético que empieza esta noche restará clientes y habrá despidos

Empresarios salmantinos del sector afirman que si la gente no está a gusto comiendo o cenando, en verano o en invierno, lo que hará será no ir a los restaurantes, y ello conllevará también nuevos cierres y despidos.

Esta noche entra en vigor el nuevo Plan de Ahorro Energético que la semana pasada aprobó el Gobierno y por el que se limita la temperatura interior y otras medias en empresas, comercios, hoteles o transportes, así como en el sector público. 

De esta forma, a partir de ahora la temperatura no podrá superar los 27 grados en verano -en el caso de la hostelería los 25-, ni los 19 en invierno. Las voces en contra de la nueva medida han sido muchas, y de hecho el propio Gobierno hizo públicas las multas a las que se pueden enfrentar aquellos que incumplan la nueva normativa.  

En HosteleríaSalamanca hemos consultado con varios hosteleros y todos coinciden en afirmar que la medida lo único que va a hacer es disminuir la clientela y por lo tanto generará nuevos cierres de negocios y despidos de trabajadores.

Por ejemplo, el propietario de La Cocina Vieja, Pablo Peña, asegura que no está de acuerdo con la nueva normativa, que al final por ahorrar, lo que se van a perder son clientes. "Nos dicen que abramos las ventanas y las abrimos, nos dicen que las cerremos, las cerramos, lo que nos vayan diciendo, somos marionetas, pero es que me parece que lo que van a conseguir es que no vaya la gente a los restaurantes", asegura.

Añade que "Si yo tengo un cliente que quiere venir a comer fresquito en mi comedor, con 25 o 26 grados no se está fresquito, se está fresquito con 21 o 22, y con la calefacción igual, tú dile a un cliente que vaya a comer a un restaurante y que pase frío porque el máximo está en 19 grados".

Para Pablo Peña lo que sí van a conseguir es solucionar el problema de no encontrar personal para trabajar en la hostelería, "porque la mitad se van a ir a la calle, porque si no hay clientes es inviable. Si no hay clientes no hay personal. Yo creo que no se están haciendo bien las cosas y es muy difícil".

Por su parte, Héctor Carabias del restaurante Oroviejo asegura que los hosteleros lo que tienen que hacer es mirar por sus clientes y asegura que la nueva normativa tiene un gran vacío legal al que se puede recurrir en caso de multa. En el interior de su negocio en verano no es necesario poner aire acondicionado porque el frescor de la bóveda es más que suficiente, pero en invierno "es inviable poner la calefacción a un máximo de 19 grados, como mínimo tiene que estar a 21 o 22 para comer o cenar a gusto", a lo que añade, "para tomarte una caña aguantas, pero pero comer tranquilamente no". 

En cuanto a la puerta automática que exige la nueva normativa para mantener la temperatura interior, Héctor asegura que ya la tiene instalada desde hace tiempo, "pero muchos compañeros no la tienen y se trata de un desembolso económico mínimo de unos 3.000 euros. Ofrecerán ayudas para su instalación que luego nunca llegarán, como siempre".  

En la misma linea se manifiesta el restaurador Gonzalo Sendín: "No están los negocios como para andar jugando con el bienestar de los clientes, que en el fondo son los que nos dan de comer. El cliente no solo paga por comer, paga también por un servicio y un confort. Si el cliente no está confortable no volverá y será peor el remedio que la enfermedad" concluye.