Jibe, el rincón goloso para Navidad
Miércoles, 7 de Diciembre de 2022
HosteleriaSalamanca.es
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Turrones, empiñonados, mazapanes, huevo hilado, roscón de reyes... todo fresco y artesanal. Esta confitería, con casi medio siglo de historia, no defrauda y continúa endulzando la Navidad de salmantinos y visitantes.
Jibe es una de las pocas pastelerías charras que ha sobrevivido al transcurrir de las décadas y a las cambiantes preferencias de las nuevas generaciones. Cuando se fundó, a finales de los setenta –acaba de cumplir en noviembre 44 años- se sumó al emporio de factorías dulces que poblaban las calles de la ciudad. Nombres como Burgueño, La Favorita o Reglero eran junto a Jibe los templos del dulce en la ciudad, en un momento en que no existían las grandes superficies y el proceso de elaboración era totalmente artesanal.
Mary Carmen junto a sus hijos Julio y Mariano
Jibe abrió en un momento próspero y sus primeros años de vida fueron cuanto menos ajetreados. El matrimonio que lo regentaba, Julio JIménez y Mary Carmen BEnito, de ahí el nombre de la confitería, se distribuyeron las tareas: mientras Mary Carmen se encargaba de la atención al público en tienda y de las labores administrativas, Julio desplegaba su buen hacer pastelero, fruto de años de trabajo en el sector, elaborando algunos de los bocados dulces y salados más solicitados en aquella época: la tarta San Marcos, la Regina, las raquetas, el hornazo… Todos ellos siguen hoy estando presentes en la oferta de Jibe y conviven con elaboraciones nuevas, que con mimo elaboran los hijos de aquella pareja emprendedora: Julio y Mariano.
Esta incorporación de nuevos gustos se refleja perfectamente en sus turrones artesanos, a los clásicos de praliné, yema tostada y fruta escarchada se han sumado turrones más “modernos” de Kinder, de Oreo y de Tres Chocolates, que hacen las delicias sobre todo de los más pequeños. Entre unos y otros suman una docena de variedades que vuelan en la tienda cada Navidad.
El repertorio navideño continúa con dulces tradicionales: mazapanes, empiñonados, polvorones, mantecados, pasteles de gloria (mazapán relleno de yema) y las milhojas de hojaldre, pequeños hojaldritos rellenos de mermelada de naranja o frambuesa. El huevo hilado es otro must en Jibe, su proceso de elaboración estrictamente artesanal se prolonga durante nada menos que tres jornadas, resultando un producto de calidad y esponjado que en esta época se suministra a infinidad de carnicerías capitalinas.
Otra pieza de bollería que cuenta con sonado éxito en este período del año es el roscón de reyes, que en Jibe se rellena de nata, trufa y crema pastelera. Está disponible durante toda la Navidad pues desde hace años la alta demanda ha adelantado su campaña a mediados de diciembre.
Y como referencia navideña salada se encuentran las catorce variedades de canapés (queso azul y almendra, jamón y huevo hilado, pisto con coco, salmón con chocolate…) que los clientes de Jibe encargan para las principales fechas navideñas. Los canapés por cierto forman también parte de su servicio de catering para eventos, del que hablaremos en un reportaje próximo, al igual que de sus tartas, su hornazo, sus empanadas, saladitos… ¡hay tanto que contar!.
Pastelería Jibe
C/ El Bosque, 3 Salamanca
923 23 06 08
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