Los mejores trucos para conservar el queso en casa
Viernes, 12 de Marzo de 2021
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Según el Informe de Consumo de Alimentación en España elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación el consumo de queso asciende a 7,66 kg por persona y año. Pero, ¿sabes cómo conservarlo correctamente? Hoy te damos los mejores trucos.
El proceso de conservación es el momento en el que habitualmente muchos consumidores cometen errores y para disfrutar de todas sus propiedades te contamos unos trucos publicados por Alimente para subsanarlos.
Uno de los trucos infalibles para alargar la duración del queso, aunque parezca una obviedad, es comprar solo la cantidad que tenemos previsto comer. La razón es que este manjar es un producto vivo que sigue cursando su proceso de maduración en el mercado y después en nuestras casas.
El calor acelera el proceso de maduración mientras que el frío lo ralentiza. Cada variedad exige unos requisitos en cuanto a temperatura.
En cuanto a la humedad, lo ideal es que ronde entre el 70% y el 80%. Si es más elevada, el queso se acabará cubriendo de moho; si es más baja, su textura se tornará reseca, dura y se resquebrajará.
El queso necesita respirar. La inmensa mayoría de sus variedades se presentan envueltas en papel transparente o en plástico envasadas al vacío. Sin embargo, esta práctica es desafortunada, por cuanto dichos materiales perjudican su conservación. Además, interfieren en el sabor, puesto que, al no facilitar la transpiración, el producto absorbe el 'gusto' de dicho material.
Envolver el queso en papel de aluminio o introducirlo en un táper son también errores muy frecuentes. Ambos quedan descartados, pues sus características 'encierran' el queso, complicando la transpiración.
¿Cuál es el envoltorio adecuado para conservar los quesos? El papel encerado, de horno o, mucho mejor, microperforado.
Para las variedades de pasta blanda o azules podemos usar un trapo de algodón humedecido con agua. De esta manera, preservarán la humedad y, por tanto, durarán más tiempo.
Los quesos curados se conservan bastante bien en queseras. En el caso de cubrirlos, será suficiente con tapar la superficie, dejando la parte de la corteza libre para que pueda respirar. A la hora de consumirlo, es importante cortarlo aleatoriamente para mantener todas sus partes frescas.
En cambio, las versiones más frescas, al no estar sometidas a ningún proceso de maduración, tienen un tiempo de vida mucho más corto. Por este motivo, reclaman más cuidados y también otro tipo de conservación. Lo aconsejable es introducirlas en un táper o tartera herméticos cuya base esté cubierta con papel de cocina, pues absorberá el suero que va desprendiendo, evitando su deterioro prematuro. Eso sí, es importante cambiar el papel diariamente, pues, de lo contrario, el queso adquirirá los aromas del papel.
Prácticamente todas las variedades queseras saben mejor a temperatura ambiente o, lo que es lo mismo, a partir de 18 grados. Sin embargo, que dicha temperatura sea la idónea para su consumo no conlleva que lo sea para su conservación. Por tanto, no debemos dejar 'olvidado' el queso en la encimera de la cocina. Todos deben estar en la nevera, en la zona que mejor recree la temperatura original y óptima para su maduración, como el cajón de las verduras o en la bandeja central. Para apreciar al máximo su sabor y sus cualidades, bastará con sacarlo media hora antes, así se atemperará.
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