Los seis pecados capitales al preparar verduras
Martes, 29 de Marzo de 2016
Hosteleriasalamanca.es / Por Cristina Fuentes
|
Hacer una crema de verduras o una ensalada es fácil, pero no siempre lo hacemos tratando bien la materia prima que tenemos entre las manos. ¿Cuántas veces hemos cocido hasta la extenuidad unas verduras hasta que están blandas? ¿A que lo de meterlas en agua y hielos al terminar de cocer se nos pasa siempre? ¡Aquí te traemos unos cuantos tips para que la próxima vez las verduras te salgan de 10!
Parece algo muy tonto y muy básico, pero no lo es. Lo cierto es que, por muy ecológicas que sean o muy limpias que las veamos, esas verduras han crecido en la tierra, por lo que tienen millones de gérmenes, que ingeriremos si no las lavamos bien. Lo aconsejable es sumergirlas unos diez minutos en agua con una cucharadita de bicarbonato. Hay gente que en vez de bicarbonato echa un chorro de vinagre, pero esto da un sabor y olor difíciles de quitar.
Hasta hace unos años muchas frutas y verduras se comían con piel incluida, pero ahora la gran mayoría se pelan. Con esto no solo perdemos sabor, sino que estamos excluyendo la mayor parte de fibra y nutrientes. Nuestro consejo es: si es esencial pélalo, sino aprovecha la piel.
Muchas veces cocemos demasiado las verduras haciendo que pierdan sabor, textura, y se queden con un aspecto no demasiado apetecible –lo ideal es que se queden coloridas y crujientes, no mustias y blanduchas-. Además, el aspecto que se queda no es demasiado apetecible. Lo ideal es que verduras verdes como el brócoli, fréjoles o guisantes se cuezan en agua abundante, pero no cocerlos de más. El paso esencial que no sigue casi nadie es que al terminar la cocción es sumergirlas en agua fría y colarlas para que se corte el proceso de cocción. Este truco tan sencillo hace que las verduras queden sabrosas, con buen aspecto y conservando sus propiedades.
Muchas veces dejamos cortadas las verduras mucho tiempo antes para hacer otras cosas y, justo antes de comer, las cocinamos. ¡Error! Cuando hacemos esto, en ese tiempo de espera se oxidan y pierden nutrientes.
Es un error muy habitual dejar hervir la verdura sin tapa. Con esto no solo hacemos que se vayan el aroma, el sabor y los nutrientes, sino que estamos ralentizando el proceso de cocción porque todo el calor se va.
Cuando vamos a hacer un plato y, por ejemplo, necesitamos solo la mitad de la verdura, solemos tirar la otra mitad. Pero de esta manera estamos desperdiciando mucha verdura cuando aprovecharla es muy sencillo: cremas, caldos, salteados… Ojo, lo ideal es lo fresco, pero si no lo podemos aprovechar justo a tiempo, podemos congelarlo troceado. Si hacemos esto, lo aconsejable es sacarlas 24 horas antes de su uso. ¡Eso sí! No las saquéis a temperatura ambiente directamente, es mejor descongelarlas primero en el frigorífico para que no se produzca un excesivo número de bacterias.
Artículos relacionados |
Comentarios
No hay comentarios
|
|
Compártelo |