El patio de La Salina ya luce su espectacular Belén de Navidad
Martes, 5 de Diciembre de 2023
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El Belén Napolitano de 13 metros se podrá visitar en horario de lunes a domingo de 11 a 21.00 horas hasta el 5 de enero.
En la mañana de ayer el presidente de la Diputación de Salamanca, Javier Iglesias, inauguró oficialmente la Navidad con la presentación de un Belén Napolitano, acompañado del diputado de cultura, David Mingo, y del presidente de la Agrupación Belenista La Morana, Francisco Iglesias.
Un año más, la institución provincial ha contado con la experiencia de la Agrupación Belenista La Morana, que ha creado y montado un Belén Napolitano con una única escenografía de 14 metros lineales con figuras de 30-35 cm de altura y casi un centenar de piezas con escenas de la Natividad de Jesús, Anunciación y Adoración de los pastores y Cabalgata de los Reyes Magos.
El belén napolitano se distingue de otras manifestaciones similares por su espectacularidad y riqueza escenográfica, conseguidas gracias a la actividad de muy diversos artistas y artesanos (arquitectos, escultores, pintores, plateros, ceramistas, sastres...) que logran reproducir la vida popular y cotidiana de la ciudad de Nápoles como argumento básico para acompañar el acontecimiento religioso de la Natividad de Jesús.
Asimismo, cuenta con una iluminación y sonorización especial del montaje para centrar la atención en las escenas situadas en cada arco y sugerir un ambiente íntimo y evocador de las escenografías.
Además, con motivo de la inauguración del belén, el coro Tomás Luis de Victoria de la Universidad Pontificia de Salamanca ofrecerá a las 6 de la tarde en este patio, el concierto “Villancicos españoles de ayer y de hoy” con entrada libre hasta completar aforo.
La entrada es gratuita y se puede visitar en horario de lunes a domingo de 11 a 21.00h hasta el 5 de enero
Aunque el primer dato histórico de la representación plástica del Belén se remonta al siglo XIII, alcanza su momento de máximo esplendor en el siglo XVIII en el reino de las Dos Sicilias, donde logra desbordar el ámbito de lo religioso para instalarse en la Corte y los hogares de la nobleza y la alta burguesía, adquiriendo una original personalidad.
El belén napolitano se distingue de otras manifestaciones similares por su espectacularidad y riqueza escenográfica, conseguidas gracias a la actividad de muy diversos artistas y artesanos (arquitectos, escultores, pintores, plateros, ceramistas, sastres...) que lograron reproducir la vida popular y cotidiana de la ciudad de Nápoles como argumento básico para acompañar el acontecimiento religioso de la Natividad de Jesús.
El mercado, la hostería, los vendedores ambulantes, los mendigos, la taberna, los diversos oficios, el pastoreo, el cortejo real y todo aquello que estaba al alcance de la cotidiano o de la fantasía tenía su lugar en los pesebres napolitanos, y se desarrollaba parejo al hecho religioso del Nacimiento. Éste quedaba integrado, como una escena más, en el bullicio urbano, aunque sus figuras protagonistas, envueltas en una espectacular catarata angélica, sean las que terminen por atraer más la atención del espectador.
Las figuras humanas están realizadas siguiendo una técnica que mezcla diversos materiales: el cuerpo y el inicio de las extremidades se forman a partir de un flexible armazón de alambre forrado de estopa que permite variar la posición de las figuras. A este núcleo se añaden piernas y brazos tallados en madera. La cabeza, realizada en barro cocido, confiere el carácter al personaje y necesita de una labor más delicada que suele encomendarse a importantes escultores.
La búsqueda de verosimilitud condiciona la minuciosidad con la que son policromadas estas piezas, la incorporación de ojos de cristal y, sobre todo, el cuidado con el que se diseñan y realizan las vestimentas y los accesorios que definen el papel de cada figura en el conjunto.
Junto con los distintos personajes, los animales son protagonistas indispensables de este universo belenístico y su realización lleva emparejado un cuidado proceso basado en la copia directa del natural, muchas veces en manos de artistas especializados.
La puesta en escena final necesita un número importante de accesorios realizados en barro, cera, plata, ébano, marfil, hueso y cristal, elementos indispensables para lograr la riqueza y suntuosidad del conjunto.
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