Esta es la época en la que en la naturaleza se dan los colores más vivos y las frutas aportan una gran variedad de vitaminas y minerales, muy necesarios para afrontar esta nueva época. Os contamos cuáles son algunos de estos productos de temporada.
Consumir alimentos propios de cada estación es la forma más inteligente de adaptar nuestra dieta a las necesidades de nuestro organismo. Las frutas aprovechan sus nutrientes teniendo en cuenta la coherencia con su tiempo. En primavera podemos necesitar un mayor aporte vitamínico, y son estos productos recogidos de forma local los que mejor pueden ayudarnos.
En primavera se tiende a una alimentación más digestiva, y la fruta madura recién recolectada nos sienta muy bien buscando ese objetivo. A diferencia del invierno, cuando se potencia una alimentación más calórica, según la temperatura se hace más cálida los alimentos de temporada son más refrescantes y más ligeros.
Ten en cuenta que la naturaleza es sabia, y aquello llega recolectado de la agricultura de proximidad, es decir, de temporada, a buen seguro te está aportando nutrientes más ricos y enfocados a tus necesidades estacionales que cualquier otra fruta que haya permanecido meses en cámaras de conservación y que haya viajado desde la otra punta del planeta, donde ahora tal vez es otra estación.
Frutas de temporada
Fresas
Tomar frutas para hidratarnos es siempre una muy buena idea, pues están compuestas por un alto porcentaje de agua. Las fresas lideran el ranking de estas frutas, junto a la sandía, ya que el 92% de cada fresa es agua. Además, por cada 100 gramos de fresas aportamos a nuestro organismo alrededor de 32 calorías, por lo que esta fruta es de las menos calóricas. Al tomarlas no solo estamos ingiriendo líquidos, sino que por su composición fomenta el transporte de sus nutrientes, sus altos niveles de vitaminas y antioxidantes. De esta forma estamos mimando nuestra piel, pues consumir fresas nos protege de los rayos UVA y combate el acné, suavizando la piel y favoreciendo una acción exfoliante.
Ver receta Batido de yogur, fresas y plátano
Batido de yogur, fresas y plátano
Nísperos
Los nísperos tienen un toque ácido, pero no es un cítrico, sino que pertenece a las rosáceas, y por tanto son de la misma família que las peras, ciruelas, cerezas y manzanas. De cada 100 gramos de nísperos, 80 son agua, por lo que son perfectos para hidratarnos y eliminar toxinas. Además, solo 0,2 gramos son grasas. Tomando nísperos estamos aportando a nuestro organismo un buen conjunto de vitaminas y minerales: vitaminas C, E, B1, B6, B2, A y B9; y potasio, fósforo, calcio, magnesio, sodio, hierro, zinc, yodo y selenio.
Ver receta Crema de yogur y nísperos caramelizados en miel
Crema de yogur y nísperos caramelizados en miel
Naranjas
Las naranjas nos proporcionan vitamina C, pero no es el único componente interesante. La fibra confiere a la naranja propiedades digestivas y los flavonoides colaboran con las vitaminas en el refuerzo del sistema inmunitario. Este nutriente es esencial para la resistencia a las infecciones (no en vano el zumo de naranja es el recurso natural más utilizado para prevenir resfriados y gripes); aumenta la absorción del hierro, el calcio y el fósforo y posee propiedades antioxidantes. Las naranjas son también ricas en vitaminas y ácido fólico, dos vitaminas del grupo B esenciales para la salud del sistema nervioso. Las sanguinas, de color rojo, se caracterizan además por su riqueza en betacaroteno, principal fuente de vitamina A , esencial para el crecimiento y desarrollo normales y el funcionamiento de sistema inmunitario.
Ver receta Ensalada de mango, naranja y jamón de pato
Ensalada de mango, naranja y jamón de pato