Alimentándonos contra el cáncer de mama
Lunes, 19 de Octubre de 2015
Hosteleriasalamanca.es / Por Beatriz Arias
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Aunque, por desgracia, no hay pruebas científicas de que ningún alimento concreto reduzca el riesgo de padecer cáncer de mama, sí que existen estudios que parecen haber encontrado evidencias de mejoría o prevención en algunos productos…
Un buen ejemplo es el Té verde, ya que es rico en polifenoles y prevendría el desarrollo de las células cancerígenas en el pecho. Por otra parte, según un estudio del Instituto Nacional del Cáncer, el consumo de ajo reduce los riesgos de padecer este tipo de cáncer de mama.
También hay estudios que aseguran que el Brócoli es bueno para combatir dicha enfermedad al contener sulforafano, que ayuda a prevenir el desarrollo de los tumores cancerígenos en el seno, dado que inhabilita la enzima HDAC (que es la que propicia el crecimiento de las células malignas). Del mismo modo, se ha hablado de las ventajas de consumir aceite de oliva virgen... en fin, hay de todo.
El problema es que nada es seguro y la mayoría de afirmaciones se basan en teorías que aún están en proceso de investigación. En definitiva, que no existe ninguna dieta “curacáncer”. A pesar de todo, parece que algunos compuestos químicos de la soja como las isoflavonas tienen un efecto anticancerígeno demostrado en los tumores de colon, próstata y mama.
Igualmente, en los casos de cáncer de mama las conclusiones resultan aún algo confusas, dado que las isoflavonas de la soja podrían ser sólo beneficiosas en la población asiática, que es donde se han realizado la mayoría de estudios.
¿Qué quiere decir esto? Que la dieta asiática es muy diferente a la nuestra y estos compuestos podrían no resultar igual de beneficiosos en la población occidental. En lo único que parecen estar todos de acuerdo es que una dieta baja en contenido graso es más recomendable que una alta en el consumo de carne roja.
Existen factores como la obesidad, el sedentarismo, el consumo de alcohol, la no lactancia y la terapia hormonal postmenopausia que aumentan el riesgo de padecer la enfermedad. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) el 30% de los casos de cáncer se podían haber evitado con una dieta sana y equilibrada, de modo que es muy importante comer bien, reducir el consumo de grasas saturadas, alcohol, sal, azúcar y sustituirlos por abundantes frutas y verduras.
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