Cuando el dulce se vuelve protagonista en la mesa de Navidad
Jueves, 25 de Diciembre de 2014
Hosteleriasalamanca.es /Por JM Blanco
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Suenan villancicos, luces decorativas en la calle, y una bola grande en la Plaza Mayor. Es Navidad. Y en la mesa, se pelean los langostinos con el cordero; los fiambres acompañados de huevo hilado con las nécoras; los saladitos y canapés con el jamón ibérico… todos aspirando a ser el actor secundario en una velada donde el protagonismo desde el principio lo tiene el dulce: turrones, mazapanes, polvorones en lo clásico; y la última moda con los petits fours, macarons o los tocinillos con turrón… la variedad dulce, manda en la mesa navideña.
Dulces tradicionales de Navidad |
Cuando uno piensa en la gastronomía navideña, siempre aparecen productos de postre. Turrones, mazapanes, polvorones, nueces, higos, frutas escarchadas… como acompañantes de largas sobremesas regadas con vinos dulces, sidra o cava. Una variedad tan amplia, que hasta los tradicionales langostinos con salsa rosa sienten envidia de ellos porque siempre han sido los protagonistas de una de las fechas más importantes del calendario.
La Navidad solía empezar cuando las tiendas y supermercados ponían los polvorones y turrones en el pasillo central. Ahora lo hacen casi en agosto… Eran años donde el turrón de Jijona, el 1880 y hasta El Lobo competían con el Almendro, los mazapanes o los polvorones de la Estepa.
Sin embargo, en los últimos años la evolución de la gastronomía navideña se ha dirigido hacia manjares más refinados. Los famosos bombones Ferrero Rocher fueron claves para demostrar que había vida más allá de los roscos de vino envueltos en papel brillante. Ellos abrieron la puerta y por ella han entrado manjares como los petits fours o los macarons, que elabora por ejemplo Panesco.
Cake pops con forma de bolas de navidad |
Galletas con decoración navideña |
“La idea es mostrar que hay dulces apropiados para esta época más allá de los polvorones y turrones. Hay postres pequeños, como los petits fours, que son ideales para salir de la rutina de los postres clásicos de estas fechas”, explica Jesús Mariño, responsable de la firma Panesco en Salamanca.
En esa misma línea, algunas pastelerías, como Santa Lucía, ofrecen dulces manjares, que, con su diseño engrandecen cualquier mesa. Ahora el postre puede llegar en pequeños vasos llenos de exquisiteces, donde la elegancia en el juego de colores, sabores y texturas, no recuerdan para nada al turrón de guirlache partido a martillo de antaño. O centros de mesa con dulces recubiertos de chocolate y forma de chupa chups, cakepops para los más entendidos.
Por otra parte, los gustos han cambiado y cada día están más presentes en la mesa los turrones de pastelería, con una amplia variedad de sabores y mezclas. Entre el turrón de peta zetas y el clásico de nueces, existe una gama impresionante, digna de ser degustada, en una época donde el señor de la mesa tiene muchos nombres pero siempre el mismo apellido, dulce.
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