Restaurante Palacio Prado

Ubicado en la planta baja de un hermoso edificio de finales del diecinueve, el restaurante Palacio Prado reproduce una estructura de granito abovedada, destinada en sus comienzos a cobijar las caballerizas de Palacio, propiedad del Marqués de Llen.

Parece ser que este peculiar espacio albergó a lo largo de su historia una fábrica de cervezas, pero también hay quien asegura que la bodega se utilizó como improvisado refugio durante la Guerra Civil Española. Sea cual fueren sus usos, lo cierto es que hoy en día el complejo es propiedad de la Familia Prado y sede de su grupo de empresas, entre ellas el restaurante que hoy visitamos, un proyecto gastronómico surgido fruto de su gran pasión por lo culinario.

El comedor del restaurante, de planta cuadrada, es en realidad una confluencia de corredores que circundan un pequeño cubículo de gruesos muros, que hace las veces de bodega. En él, a una temperatura constante y protegidos de la claridad solar, reposan más de 200 referencias de caldos nacionales, que pueden maridarse con una versátil y extensa carta, estrenada hace apenas unas semanas.

Dirigiendo los fogones del restaurante Prado se encuentran Ángel y Julio César, dos jóvenes profesionales que han conformado una perfecta simbiosis culinaria, dando lugar a una carta con dos marcadas vertientes: una creativa y otra tradicional. Julio César es un maestro del asado y de los platos de cuchara, hace alarde de su destreza en creaciones como el sedoso Codillo de cerdo guisado sobre parmentier de patata y trufa, el Pollo de corral al chilindrón, un clásico que ha querido rescatar del olvido, o cualquiera de los guisos que se incluyen en los menús del día, todos ellos a partir de cocciones lentas y respetando fielmente lo que él denomina el “recetario de la abuela”.

Ángel, por su parte, incorpora esa dimensión más vanguardista y creativa a la cocina, aplicando técnicas actuales a los productos de cada temporada. Espumas, crujientes y cocciones al vacío conciben platos que destilan originalidad y particulares combinaciones de sabores. La Vieira a la plancha sobre papada confitada y mahonesa tibia de lima es un claro ejemplo del estilo de este cocinero. En él, la papada es cocinada a baja temperatura durante catorce horas, presentando en consecuencia una agradable textura mantequillosa que contrasta con la fina costra crujiente que la recubre. Mientras tanto, la vieira, ligeramente plancheada, se impregna del aroma cítrico de una mahonesa suave y esponjosa.

(Arriba: Ángel y Julio César, jefes de cocina del restaurante Palacio Prado, describen la nueva carta, después preparan ante cámara uno de los platos creativos: Vieira a la plancha sobre papada confitada y mahonesa tibia de lima)

Otra referencia singular es la Delicia de canguro con ceniza de mar y Higher de Christian Dior, un plato en el que el canguro es rociado con polvo de alga nori, y se acompaña de un chutney elaborado a partir de más de una veintena de ingredientes, cuya combinación pretende reproducir el perfume de Dior.

Del mismo modo, el capítulo dulce propone postres clásicos como las torrijas o la Tortilla Alaska, flambeada ante el comensal, sin olvidar el carácter actual de por ejemplo la Mousse de chocolate blanco al cava con crujiente de almendras y chocolate, una auténtica perdición para golosos...

Precio medio a la carta: 35 €
Menú del día: tradicional (20 €) y joven (18€)
Menú infantil
Menu familiar (por encargo domingos y festivos a mediodía): 25€
Menú degustación: 35 €
Carta de aguas
Carta de puros
Domingo noche y lunes cerrado (En verano abierto todos los días)
Espléndida terraza de verano

Restaurante Palacio Prado
(Palacio Marqués de Llen)
Paseo de la Estación, 27 Salamanca
Tel: 923 28 29 30
www.restaurantepalacioprado.com
 
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