La hostelería, entre los sectores más afectados por el nuevo registro horario

Los turnos que se alargan más de lo que marca el contrato, horas extras o jornadas maratonianas suelen ser frecuentes en el mundo de la hostelería. La nueva ‘ley de fichaje’ está causando estragos a la hora de cumplirla y atender las demandas de los clientes.

La Asociación de Empresarios de Hostelería de Salamanca solicitó recientemente a la Inspección de Trabajo una reunión en la que quería trasladar la preocupación del sector para aplicar la nueva norma que obliga a que se registre el inicio y finalización de la jornada laboral de los empleados, con el propósito de evitar un abuso en la ampliación de esta sin que figure en ningún sitio.

En la reunión con la Inspección de Trabajo, Álvaro Juanes, presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería, trasladó esta problemática: “Desde el primer momento que entró en vigor la ley solicitamos la reunión porque estábamos preocupados porque nuestra intención, como es lógico, es querer cumplir con la norma, pero hay situaciones que no podemos controlar y queríamos saber cómo actuar”. Trabajo les trasladó la necesidad de implementar un sistema de registro que sea “objetivo y fiable”. Por ello, se ha aconsejado a los hosteleros que en vez de anotar las jornadas en hojas sueltas, el cómputo se realice en una encuadernación o un libro.

Además, Trabajo trasladó a los empresarios que en caso de alargarse las jornadas, hay un periodo de cuatro meses para compensar esos excesos en las horas de los trabajadores con contratos a jornada completa.

De momento, en Salamanca, no se ha producido ninguna sanción como consecuencia del incumplimiento de la normativa, que entró en vigor hace dos meses. 

Hostelería y comercio, en el punto de mira

Cada semana de 2018 se realizaron 6,4 millones de horas extraordinarias en España. Y casi la mitad de estas horas extra (el 48%) no se abonan, por lo que tampoco cotizan por ellas a la Seguridad Social, con la consiguiente pérdida para el poder adquisitivo de los trabajadores y merma de las arcas públicas.

Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2018, más de un 26% de las horas extra no pagadas se realizaron en el comercio y la hostelería, sectores que se caracterizan por sus bajos sueldos.

Además, muchas de estas horas suponen un fraude en los contratos a tiempo parcial, que en la práctica suponen jornadas completas mientras se cobra la mitad de dinero.

“Resulta por ello necesario y urgente proceder a esta reforma normativa para poder dotar de mayor efectividad la labor de la Inspección de Trabajo y de la Seguridad Social”, justificó en su día el Gobierno en su decreto.

La alta cocina también se adapta a la norma

Los turnos que permitan jornadas de 8 horas son hasta tal punto una rareza en la alta cocina que cuando los Roca explicaban en 2017 que en su restaurante habían duplicado partidas para que el personal pudiera tener vida, aquello sonó como una auténtica revolución.

El cocinero Ricardo Sanz del restaurante Kabuki -uno de los japoneses más reputados del país- protestaba en sus redes sociales de que se le iba a obligar a trabajar solo 8 horas.

"Cada día somos ciudadanos menos libres, ahora me obligan a trabajar solo 8 horas", Ricardo Sanz (@ricardo_kabuki).

Cabe suponer que era una especie de ironía o queja sarcástica porque, como autónomo o empresario, podrá trabajar las horas que le plazcan.

Francis Paniego de El Portal de Echaurren (dos Estrellas Michelin) explicaba en un interesante hilo de Twitter cómo se ha reorganizado el trabajo en su restaurante, con tres turnos diferentes que abarcan toda la jornada del hotel con el mismo nombre, desde las 8 de la mañana a las 12 de la noche.

“La medida es buena para los trabajadores y será buena también para las empresas y para nuestro sector, condicionado desde siempre por los tópicos de que este es un oficio duro y de que la hostelería es así”, asegura el cocinero riojano.

Ver tweet de Francis

Un cambio para bien que, eso sí, también requerirá que los clientes se adapten a las nuevas normas, tal y como recordaba el chef. “El cliente también tiene que entender que no se puede llegar a comer a un restaurante gastronómico más tarde de las 14:45 y que llegar a cenar más tarde de las 22:00 hará difícil conciliar horarios”.

Eso y algo menos de impaciencia en los servicios por parte de los clientes -apunta- ayudará a que la normativa no se lleve por delante algunos restaurantes. Y, sobre todo, que la conciliación familiar deje de ser la gran asignatura pendiente en el mundo de la hostelería.