Platos con raíces

Cada  plato tiene sus raíces en un territorio. ¿Cuántas veces hemos tomado una paella valenciana o un pulpo a la gallega? Vamos a hablar de comidas de marcado carácter geográfico, comidas con nombre de lugar, que no siempre tienen por qué  ser del lugar al que apunta su denominación. 

- La ensaladilla rusa. El creador de este plato fue un cocinero franco belga llamado Lucien Olivier, que la inventó allá por 1864. El chef estaba al frente de los fogones del Hermitage, un prestigioso restaurante moscovita de la época. Lucien nunca reveló el secreto de la salsa que él llamaba “provenzal”, un ayudante intentó copiar la receta, que triunfó rápidamente y se extendió a muchos otros puntos del mapa. En cada sitio adquirió sus peculiaridades, de ahí que la ensaladilla rusa española diste mucho de la que se prepara en Rusia.

- Filete ruso. Lo cierto es que los filetes  rusos como se preparan en España, no existen en Rusia. Así que parece claro que la receta y el nombre lo inventaron los españoles, probablemente por el origen de este tipo de picado de carne. La raíz del nombre puede encontrarse en que su preparación es muy parecida al famoso plato de carne especiada y aliñada llamado steak tartar, que sí es de origen ruso.

- La napolitana. Pese a su nombre, no tiene un origen napolitano, sino francés, conocido con el nombre de pain au chocolat (pan con chocolate). Se ha convertido en uno de los bollos más consumidos en España. Frecuentemente relleno de chocolate, también puede verse con otros rellenos dulces, como la crema, pero también salados.

- Salsa boloñesa. Resulta que la salsa boñolesa que todos estamos acostumbrados a hacer habitualmente con tomate, carne y especias no tiene nada que ver con la auténtica salsa bolognesa.  Los orígenes de esta salsa son difíciles de desentrañar hasta el punto de que es casi imposible afirmar que la salsa es realmente originaria de Bolonia.

- La tortilla francesa. Esta tortilla podría tener origen español. La explicación habría que buscarla en la escasez de alimentos sufrida por la población de Cádiz y San Fernando durante el asedio francés de 1810. Al parecer, algunos habitantes de esta ciudad, ante la falta de patatas, decidieron no privarse de uno de sus platos favoritos: la tortilla con patatas, pero sin patatas. Desde entonces fue bautizada por la población como “la tortilla de cuando los franceses”, muy elaborada posteriormente por las familias gaditanas cuando al mercado no llegaba el tubérculo.

- Jamon de York. La forma que utilizaba en 1860 el carnicero de York (Inglaterra) Robert Burrow Atkinson para curar el jamón se hizo tan popular que, rápidamente, los visitantes exportaron el nombre. En otras localidades británicas, solicitaban jamón curado al estilo de York, es decir, formado por una única pieza o bloque. De ahí el jamón de York dio el salto al resto del mundo.

- Arroz a la cubana. El arroz a la cubana es un plato típico de la cocina española que, según algunas fuentes, nació durante la época de la Cuba colonial. No obstante, hay quien indica que es puramente español, y más concretamente, originario de las islas Canarias. En Cuba existe una comida similar pero sin salsa de tomate. Allí nunca lo han cocinado así. La receta, fácil: arroz redondo hervido, tomate frito y un huevo frito coronando la cima. En ocasiones también se sirve con plátano.