En la Parra consigue su primer Sol Repsol | Entrevista a sus propietarios

Tan solo cuatro meses después de haber conquistado el cielo Michelin con su primera estrella, Rocío Parra y Alberto Rodríguez vuelven a saltar a la palestra mediática con la obtención de su primer Sol Repsol, un galardón que, reconocen, ya se esperaban y que los encumbra un poquito más en la élite de los restaurantes de alta cocina. Nos acercamos hasta su Casa, que a finales de año ampliará instalaciones con la suma de un local contiguo, para recoger sus primeras impresiones tras esta importante adquisición. ¡Pasen y vean!.

Me ilusiona especialmente acercarme a En la Parra. Conozco a esta joven pareja desde que aterrizó en nuestra ciudad, un 23 de septiembre de 2015, y abrieron En la Parra, su primer restaurante en propiedad. Ambos provenían de CocinanDos, el restaurante leonés con una estrella Michelin. Allí se conocieron trabajando, se enamoraron y decidieron iniciar juntos su camino profesional en Salamanca, la tierra natal de Alberto.

Rocío Parra y Alberto Rodríguez, buen tandem en lo personal y lo profesional, en su restaurante

Hoy en día, poco más de cinco años después y con dos hijas pequeñas, esta pareja puede estar más que orgullosa de todo lo conseguido. Cada día echan el resto en cada plato y en cada servicio, siendo muy bien valorados por su clientela. Pero además del premio del público, también han recibido los reconocimientos con más prestigio del panorama gastronómico local, nacional e internacional.

Si hacemos memoria, en 2019 consiguieron el galardón más codiciado de la undécima edición de los Premios Hosteleriasalamanca.es: el premio Excelencia, ya entonces veían cómo se les reconocía el trabajo bien hecho en su tierra. Un año después, el pasado mes de diciembre colapsaron sus reservas para un mes tras conocerse que la Guía Michelin les incluía con un astro. Fue un antes y un después en su restaurante… y en su vida. 

Ahora es Repsol quien reafirma su valía con un Sol, noticia que se conoció anoche durante la Gala que tuvo lugar en San Sebastián. Era algo que ya se esperaban, pues como me comenta Alberto “suelen ir a la par las dos guías. Además, tras recibir la estrella, enseguida nos enviaron a un par de inspectores de Repsol, que vinieron a comer, se identificaron, charlaron con nosotros, les explicamos nuestro modo de trabajar y se fueron”. Eso fue una pista clave para ellos.

Interior del restaurante En la ParraBrindando por la estrella Michelin en diciembre del 2020El equipo de En la Parra recogiendo el premio Excelencia en los Premios Hosteleriasalamanca.es 2019

El notición de Michelin supuso también un salto mediático para ellos, pues desde ese momento han surgido cientos de colaboraciones y publicaciones en medios, algo que a Rocío al principio le costaba pero que ahora gestiona cada vez mejor, según reconoce Alberto: “Rocío ahora está más abierta a tratar con prensa, también estamos mucho más volcados en las redes sociales y el mundo de internet, algo a lo que al principio no prestamos la suficiente atención, pues confiamos solo en el “boca a boca”, era un error, no supimos vendernos. Y es que es fundamental abrirse, porque aquí estamos dando 14 cubiertos diarios que es muy poquita gente, así que llegamos al resto a través de las redes y los medios de comunicación, cuanto más ampliamos el círculo más potenciales clientes tendremos en el futuro.”

Ahora estamos en un momento circunstancial, con un toque de queda que ha eliminado de un plumazo el servicio de cenas. Sin embargo, parece que en relativamente poco tiempo se recuperará ese servicio ¿cómo lo llevarán estos jóvenes papás con restaurante propio? les pregunto con curiosidad: "Nos va a costar mucho a nivel personal y familiar -me confiesa Alberto mientas Rocío asiente- porque nuestras hijas son pequeñas y llevan un año con nosotros todas las tardes: en el baño, la cena, la hora del sueño… Ahora tenemos casi horario de funcionario, a las siete estamos en casa, cuando tengamos que doblar turno, que es lo más sacrificado de la hostelería, ya nos va a quitar esas horas con la familia, pero por otro lado nos va a dar más alegrías profesionales: podremos acoger más público, las cenas y la recuperación del tema económico sobre todo, porque si no esto no es viable. Lo que haremos para contrarrestarlo es cerrar domingo y lunes enteros. Perdemos las noches en familia pero ganamos un día más de descanso ¡compensamos!.

Rocío y Alberto en el exterior del nuevo local que ampliará su restaurante

Como broche final a este encuentro creo oportuno mencionar sin ahondar en detalles -eso dará para otra pubicación más adelante- la inminente amplicación del restaurante al anexionar el local contiguo. Estrenarán cocina vista, ampliarán baños, ganarán 60 metros cuadrados y diez comensales por servicio. Pero se esforzarán en mantener la fiolosofía de trabajo que tantas alegrías les está dando. ¡Enhorabuena chicos!