Mis 3 gadgets culinarios predilectos
Miércoles, 22 de Mayo de 2024
Eva González
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Cuando me compré la Thermomix, hace ya unos catorce años, pensé que renegaría del resto de aparatos eléctricos culinarios por el resto de mi existencia, y por algún tiempo así fue. La batidora, la panificadora, la yogurtera, la picadora y la licuadora de vaso iniciaron su viaje hacia el armario de la bodega, junto al resto de trastos de la casa, y desde entonces ése ha sido su hogar. Sin embargo, las nuevas tendencias en alimentación y los avances tecnológicos de la última década me han hecho sucumbir, adquiriendo nuevos gadgets culinarios sin los que ahora mismo me costaría mucho sobrevivir en la cocina, sin ellos y sin mi Thermomix, que me sigue facilitando mucho la vida. ¡Aquí mis tres gadgets nuevos!
Me la pedí por mi cumpleaños tras leer un par de libros sobre smoothies y batidos optimizados, es decir los batidos que tienen la cantidad necesaria de nutrientes para poder considerarse una comida completa: vitaminas, minerales, proteínas, fibra, grasa y algún ingrediente con alto poder antioxidante (açai, matcha, cacao…). La batidora personal tiene capacidad para hacer un solo batido en apenas 40 segundos, su cuchilla tiene una gran potencia siendo capaz de triturar hielo o ingredientes duros como pueden ser las zanahorias o los frutos secos. Yo la compré de la marca Nutribullet, de venta en su web y Amazon. También puedes hacer cremas como el hummus o el baba ganoush o incluso elaborar leches vegetales mezclando una cucharada de mantequilla del fruto seco (almendra, anacardo...) con agua ¡queda increíble!. Además, se limpia fenomenal y apenas ocupa espacio en la encimera.
Batidora personal que en 40 segundos te prepara batidos triturando verduras, frutas, semillas, frutos secos y hielo
Llevo años auto convenciéndome de que la freidora de aire es un engaño, sin embargo mi prejuicio respondía únicamente al nombre tan marketiniano con el que han bautizado a este pequeño y potente horno, porque es un horno, que no fríe sino que hornea. Llevo con ella apenas medio año -me la regalaron por Navidad- pero reconozco que la air fryer me tiene enamorada, principalmente por la rapidez con la que elabora cualquier plato, que en un horno convencional tardaría más del doble de tiempo en cocinarse. La uso a diario para preparar guarniciones de verduras –los boniatos quedan espectaculares-, legumbres salteadas con especias, salmón, manzanas asadas, patatas ‘fritas’, cualquier tipo de precocinado (tequeños, hamburguesas vegetales, nuggets…) e incluso para sándwiches y tostadas mañaneras. Mis últimos experimentos han sido reposteros: una tarta de queso y un bizcocho de yogur, que aunque han quedado bastante decentes, en la textura noto la diferencia con el horno de toda la vida, ¡tendré que seguir practicando!. A pesar de ello sigo convencida de que es el complemento perfecto para cualquier cocina. ¡Me encanta!
(Aquí os dejo algunas recetas con freidora de aire y unos interesantes tips para sacarle mayor partido a tu air fryer que hemos publicado en nuestra revista digital)
Judías verdes 'salteadas' en una freidora de aire, muy similar a la mía (de Prozis)
Lo compré hace una década tras regresar de uno de mis fabulosos viajes a Miami. Allí los juicy bars estaban muy de moda por aquella época y mucha gente consumía esos jugos por la calle, en la playa o mientras hacía ejercicio. Además, prácticamente todos los restaurantes healthy disponían de una carta bastante curiosa de zumos ‘cold pressed’, que mezclaban ingredientes tan variopintos como el kale, el jengibre o el pepino. El extractor de zumos es un aparato que extrae el jugo de vegetales y frutas y a la vez deshecha su fibra, por lo que es un shot líquido de vitaminas que se absorbe rápidamente. Por esta razón y para evitar picos de glucosa, el jugo se elabora principalmente con vegetales de hoja verde (espinacas, kale…), pepino, apio, remolacha, zanahorias… y una porción de una fruta ácida que le dé algo de dulzor (lima, pomelo, limón y manzana verde). Para hacerlo aún más atractivo al paladar se pueden añadir toques extra como el cilantro, el jengibre o la cúrcuma. Lo mejor de todo es que podemos aprovechar la fibra residual de los vegetales con los que hacemos el jugo, por ejemplo los restos de espinacas, kale y zanahorias se pueden convertir en unas hamburguesas vegetales mezclándolos con quinoa, lentejas o soja texturizada.
Este aparato tiene un par de ‘pegas’: es voluminoso –yo lo tengo sobre un carrito con ruedas para que no me reste espacio de encimera- y su limpieza es farragosa. Aunque su utilidad supera con diferencia sus contras.
El extractor de zumos extrae por un lado el jugo y por otro la fibra de vegetales y frutas, que puede aprovecharse para hacer otras recetas
Eva González Hernández
Directora de Hosteleriasalamanca.es
IG: @evagonzalezperiodistagastro
eva@hosteleriasalamanca.es
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