Los veranos de mi infancia en Salamanca

Almuerzos en la Aldehuela y El Benidorm, helados ochenteros y bocatas de chorizo a pie de piscina. Rememoro algunos recuerdos de mi infancia en Salamanca mientras media España playea o disfruta de las Fiestas de sus pueblos.

A estas alturas del mes de agosto media España continúa de vacaciones playeras mientras la otra media lo da todo en las fiestas de los pueblos. Aquí en Salamanca mi padre 'Cañero' lleva su ganado bravo a encierros de calle y de campo y al cada vez más demandado ‘toro del cajón’, un festejo popular que gana adeptos cada verano. Paellas, parrilladas, hinchables, concursos de cocina, ruta de peñas y verbenas, muchas verbenas, es lo que toca en estas fechas.

Encierro de calle en Calvarrasa de Abajo con vaquilla de mi progenitor Cañero :-)

El otro día me acerqué a conocer las playas de Huerta y quedé asombrada de la cantidad de gente que había pasando el día. Todos con sus neveritas, mesas y sillas plegables, escuchando música, tomando el sol, merendando al aire libre… Me recordó a mis domingos de infancia en la Aldehuela con la familia de mi madre, allí desembarcaban todo tipo de mobiliario para pasar la jornada completa, se llevaban pelotas, la comba, las cartas para jugar al cinquillo… Y por supuesto la comida campestre, no podía faltar la tortilla de patata y de espinacas, los filetes de pechuga empanados, los pimientos asados, el chorizo, la paella algún día especial… Alguno de esos días caía un Frigo Dedo o un singular helado que nunca más volví a ver, recuerdo que tenía forma de gafas y dos bolas de chicle que hacían las veces de ojos ¡qué recuerdos!. 

Servidora con seis añitos -en el medio con un vaso rojo- en la Aldehuela junto a la familia materna, en una jornada dominguera de los ochenta

Playas de Huerta

También El Benidorm (Cabrerizos) fue otro rincón frecuentado por mi familia y por muchos salmantinos en aquella época. Hace poco pasé por allí dando un paseo y la verdad nada tiene que ver a lo que yo recordaba: la caseta del chiringuito, que ahora aprecio diminuta, ha quedado atrapada en medio de una finca privada y no queda resto de esa ‘playa de arena’ en la que yo me bañaba.

Playa El Benidorm (Cabrerizos) donde los salmantinos se daban un chapuzón hace varias décadas, con su chiringuito, hoy en día abandonado

Esos planes fluviales fueron más habituales hasta los setenta y principios de los ochenta, sin embargo con la apertura de cada vez más piscinas nos fuimos desplazando a este otro entorno, menos natural pero más seguro y confortable, ¡con baños y agua limpia!. Recuerdo las piscinas de Las Torres como un complejo de súper lujo, con sus espacios verdes, su parque infantil, sus cuatro piscinas, entre ellas una climatizada y otra olímpica, y sus árboles llorones, bajo los que nos protegíamos del sol. Otro destino dominguero de los noventa era la piscina exterior del Balneario de Ledesma, allí nos tirábamos por sus enormes toboganes -¿cómo era capaz de hacerlo?-. Tras la mañana en el agua almorzábamos en el restaurante del complejo, donde devorábamos varios platos de paella, helado y una generosa raja de sandía ¡me parecía un planazo!.

Postal publicitaria de finales de los 60 de Las Torres (fuente: Salamancaenelayer.com)

Mis veranos de adolescente –a finales de los noventa- los pasé en la Sindical y el Helmántico, allí escápabamos mis amigas y yo  del calor de los pisos capitalinos, en los que no solo no había aire acondicionado –¿qué era eso?- sino que no había ni un triste ventilador. En aquel momento un ventilador sencillamente no se consideraba necesario, hacía calor y punto, era algo normal que iba con la estación. Sin ventilador ni aire acondicionado había que aguantar en casa hasta que el calor mitigara, a eso de las nueve de la noche. O como alternativa más suculenta estaba… ¡la piscina! . A las cuatro de la tarde y con más de 30 grados salía de casa zumbando con mi mochila al hombro, en ella siempre llevaba mi bocata de chorizo y mi refresco. Una vez en la pisci me permitía el lujo de comprarme un helado en la cafetería ¡qué momentazo!.

Eva González Hernández
Directora de Hosteleriasalamanca.es
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