¿Qué comer en un día de esquí?
Lunes, 27 de Febrero de 2017
Hosteleriasalamanca.es / Por Estela López
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Nuestro país se encuentra inmerso en plena temporada de esquí. Baqueira Beret, La Molina, Formigal, La Covatilla –en nuestra provincia-, entre muchas otras estaciones... se llenan de visitantes dispuestos a disfrutar de interminables jornadas de esquí, un deporte de moda en España que reúne a escolares, familias y grupos de amigos. Para disfrutar de una completa expedición en la nieve y sacarle el máximo partido debemos tener en cuenta la alimentación. ¡Os dejamos algunas pautas!
Alimentación durante los días previos a una jornada de esquí
Antes de iniciar la práctica del esquí debemos seguir una dieta rica en hidratos de carbono. Por ejemplo, podemos tomar alimentos como pasta, patata o arroz combinados con proteína sin grasa -tipo pollo, pavo o conejo-. De este modo, nuestros niveles de glucógeno aumentarán y nos darán fuerza para realizar la actividad deportiva. Incluiremos también frutas y verduras para aumentar los minerales y vitaminas.
El desayuno, de vital importancia
Cuando esquiamos, lo más habitual es madrugar y aprovechar las horas de luz. Algunas personas piensan que desayudar muy poco será más satisfactorio, ¡grave error! Debemos tomar un desayuno copioso y fácil de digerir al mismo tiempo, para tener energía y rendir más.
La minuta para iniciar el día de esquí con fuerza debe incluir: Hidratos de carbono: pan, tostadas, cereales, galletas… Proteínas: leche, yogur, queso, fiambres, jamón serrano, tortillas…Grasas: aceite de oliva, mantequilla o margarina, quesos curados, frutos secos...Vitaminas y minerales: fruta y zumos.
Es habitual no realizar una pausa para comer. ¿Qué se recomienda?
Dado que la actividad se prolonga durante horas, es conveniente llevar algo de comida encima, en forma de pequeños alimentos que nos proporcionen energía en el momento en el que notemos que las fuerzas se debilitan más de lo normal. Es el momento de detenerse –cada hora u hora y media de actividad- y repostar con algo sólido que contenga hidratos de carbono: galletas, chocolate, barritas energéticas, pan de arroz o de frutos secos, muesli, zumos, plátanos u otras frutas, bebidas energéticas que combinan zumo y leche, etc. Esto permite mantener el ritmo de ejercicio y dejar a un lado la fatiga y el cansancio. De todas formas, yo recomiendo parar a comer algo sólido, como un plato de pasta y fruta, para después continuar con la jornada.
Hacer una pausa para comer, ¿sí o no?
Lo habitual es detenerse cada dos horas de esquí y tomar un pequeño avituallamiento que llevemos con nosotros. Deben ser alimentos que nos aporten energía como galletas, chocolate, barritas energéticas, pan de arroz o de frutos secos, zumos, fruta… Esto permite mantener el ritmo de ejercicio y dejar a un lado la fatiga, el cansancio y el agotamiento.
Fin a la jornada de esquí
Tras finalizar nuestro día de esquí, y con un hambre atroz, es el momento de reponer fuerzas con una merienda o cena consistente. Las sopas y caldos son recomendables para recuperar la temperatura corporal y los líquidos y minerales perdidos durante la jornada. La presencia de alimentos ricos en hidratos de carbono siempre es acertada, ya sea en forma de pan, arroz, pasta o patata. Las ensaladas y frutas enriquecen la dieta del día en vitaminas y minerales. Los alimentos proteicos como las carnes, pescados o huevos pueden estar presentes como ingrediente principal del segundo plato, o en los primeros platos -ensaladas con atún y huevo duro, pasta con atún, ensalada de pasta y pollo, arroz con gambas y jamón dulce, etc-.
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