Los 9 pecados capitales españoles al preparar pasta
Martes, 26 de Abril de 2016
Hosteleriasalamanca.es / Por Cristina Fuentes
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Continuamos con la saga de pecados capitales. Tras ver los errores que cometemos con las verduras, volvemos a la carga con la pasta, uno de los alimentos más consumidos, pero que si no se cocina bien, puede ser un desastre. Veamos algunos trucos traídos directamente desde Italia para que no nos quede un mazacote sin sabor.
La materia prima siempre tiene que ser la mejor, y aunque trabajemos mucho la salsa, si la pasta no es de buena calidad, estropeará el resultado final. No todas las marcas son iguales, por eso tenemos que empezar a apreciar el sabor de la pasta y gastarnos un poquito más si queremos un buen plato de pasta.
Mucha gente cuece la pasta en una olla muy pequeña para no tener que esperar mucho a que el agua empiece a hervir, pero así no estamos dejando espacio para que se cueza bien. No tengamos miedo, este alimento necesita abundante líquido para que pueda moverse con facilidad sin pegarse.
La sal ayuda a que la pasta se cocine correctamente, por lo que hay que echar sin miedo. Y no nos preocupemos, porque la pasta no absorbe la sal igual que otros alimentos y la mayor parte se quedará en el agua de cocción. Pero claro, el error no solo está en la cantidad, también en la forma: la mayoría echamos la sal nada más poner el agua. ¡Error! El momento perfecto es cuando el agua ya esté hirviendo. Acto seguido echamos la pasta para que coja el sabor de la sal.
En España es muy frecuente hacer esto para que no se pegue, pero si los italianos nos vieran, ¡se tirarían de los pelos! Además de no ser necesario, después la salsa no se adherirá bien porque la pasta estará resbaladiza. No hay que echar ninguna de las dos, con remover de vez en cuando es suficiente y no nos quedará un mazacote.
Si el agua no está lo suficientemente caliente, puede quedar pegajosa. Y con esperar unos minutitos más nos aseguramos de que quede perfecta.
Hay personas que dejan cocer la pasta muchísimo tiempo provocando que quede una masa muy blanducha y casi sin sabor. Pero, ¿cómo conseguir que quede al dente? Se supone que es el estado perfecto en el que debería quedar la pasta: firme, pero no dura. Es suficiente con sacarla dos minutos antes de lo que pone en el paquete, y si es pasta fresca, incluso menos.
Es una costumbre muy extendida en España, supuestamente, para terminar la cocción, pero de esta manera le quitamos todo el sabor. El procedimiento que hay que seguir es sacar la pasta del agua un par de minutos antes y después terminarla de hacer en la sartén junto a la salsa.
¿Cuántos de nosotros echamos litros de salsa hasta que los espaguetis o macarrones prácticamente nadan en ella? Por muy rica que esté, la salsa va a enmascarar todo el sabor de la pasta. Otro truquito es hacer primero la salsa y después la pasta, para que esta no se reseque.
La pasta es uno de esos platos que hay que consumir nada más cocinarlo. Si la hacemos de un día para otro, ya no tendrá el mismo sabor ni consistencia.
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